Las camareras de Cafés de Carla, un establecimiento ubicado en el interior del Centro Comercial Las Arenas, volvieron del puente de mayo con una nueva compañera que ha sorprendido a muchos clientes. “¿Este cortado es para mí?”, pregunta incrédula una mujer cuando ve al nuevo fichaje. Katty, que así se llama la recién llegada al mundo de la hostelería, es un robot empleado para llevar a las mesas las diferentes comandas. Hasta el momento, es el único que hay en Gran Canaria para cumplir esa función.
Quienes decidieron llamarla Katty fueron las trabajadoras del local que se encuentra en la capital de la Isla. Yaiza, una de ellas, cuenta a Atlántico Hoy que al principio la habían bautizado como Pepe. “Pero al darnos cuenta de que era una chica cambiamos de opinión”, confiesa entre risas. Toda la plantilla coincide en que están muy contentas con el robot y que se están adaptando muy bien a su llegada.
¿Por qué ese nombre?
Poner ese nombre a la máquina no fue una casualidad. ¿La razón? Pertenece al modelo KettyBot que distribuye la empresa canaria Atecresa. El responsable de Innovación y Desarrollo de la compañía, Gabriel Cirillo, aclara en declaraciones a este periódico que su intención no es disminuir el número de puestos de trabajo, sino “implementar este tipo de tecnología para que los empleados tengan una máquina que los ayude en actividades tediosas como cargar y desplazarse”.
La cafetería donde Katty ofrece sus servicios es clienta de Mexpa Vending, uno de los distribuidores de Atecresa en la Isla y que ha decidido probarla. Cirillo considera que “es una herramienta que ha llegado para quedarse” porque “estamos en la cuarta revolución industrial”. Una era que tiene como característica “la robótica unida a la inteligencia artificial”.
El precio
Mientras las camareras preparan las bebidas y los aperitivos para la clientela, la máquina descansa en una esquina. Una vez está listo lo que la gente ha pedido, se coloca en una bandeja que tiene a su espalda, se marca el número de mesa al que debe acudir y cuando lo ha entregado vuelve a donde se encontraba al principio.
“Va del punto de partida hasta la mesa calculando al microsegundo cualquier obstáculo que se le pueda poner delante”, relata Cirillo, quien se encarga junto a su equipo de diseñar el mapeo del local.
El precio de un robot como el que usa ahora mismo Cafés de Carla, dice, oscila entre los 5.000 y los 10.000 euros. El aparato tiene lo que se conoce como “inteligencia artificial híbrida”, lo que significa que "no se dedica a buscar soluciones sino obstáculos". “Yo no le enseño nada, solo el trazado del mapa”, asevera el trabajador de Atecresa, empresa que empezó a mirar hacia el mundo de la robótica en 2019.
Dónde se fabrica
La empresa a la que pertenece Cirillo, con sede en Tenerife pero fundada en Gran Canaria a mediados del siglo XX, es la única de las Islas que vende este tipo de robots. Aunque garantiza que ellos podrían fabricarlos aquí, explica que no lo hacen al no haber materias primas como el silicio o ser una localización “bastante complicada para los envíos”.
Ellos compran los aparatos en Corea a una empresa de origen chino y ahora mismo cuentan con un stock de 50 unidades como Katty. "No conocemos a nivel europeo una empresa que se dedique a la fabricacion de robótica para servicios como los que tenemos implementados", indica.
¿Quitará puestos de trabajo?
En Tenerife ya hay, desde hace algún tiempo, establecimientos con estas máquinas vendidas por Atecresa. La compañía es la encargada del soporte técnico o la formación al empleado. “Si la cafetería del Centro Comercial Las Arenas tiene un problema con el robot los responsables seremos nosotros para hacer el mantenimiento porque estamos cualificados”, manifiesta.
Algunas personas, al recibir lo que habían pedido a lomos de Katty, se preguntaban si eso no quitará puestos de trabajo. Cirillo niega que eso vaya a ocurrir y uno de los ejemplos que ofrece es el lavavajillas que “se inventó en 1850 y no se instaló en centros industriales hasta 1950”. “Seguro que mucha gente decía entonces que iba a quitar empleos y ahora es una máquina irremplazable”, apostilla.