"¿Recuerdas lo que dijo Milei en su investidura como presidente de Argentina? ¿Aquello de que no hay plata? Pues el panorama en Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es idéntico: no hay plata". El que habla y se explica así es un promotor que prefiere mantenerse en el anonimato —figura entre los acreedores de la Sociedad de Promoción de la capital—. Lo hace minutos después de que se hiciese pública la dimisión de Adrián Santana (PSOE) como concejal del área, una decisión que el cargo público fundamentó en "un cambio en el marco y las condiciones en las que asumí la dirección de la política cultural de esta ciudad".
La salida de Santana, que pudo sonar abrupta durante la mañana de este lunes, sin embargo se maduró con tiempo. Junto al edil, además, también dejó el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria Rubén Pérez —asesor en materia cultural contratado por la alcaldesa, Carolina Darias, tras su paso por la viceconsejerñia del Gobierno de Canarias en el anterior mandato—. "No es posible", argumentó el exconcejal, "llevar a cabo la política cultural que defiendo para Las Palmas de Gran Canaria y que creo que este municipio necesita. En consecuencia carece de sentido que siga formando parte de este grupo de gobierno".
Agujero económico
¿Qué ha cambiado, en poco más de un año, para que Santana presente su dimisión como concejal? El principal argumento que fundamenta la marcha del concejal es económico: el agujero generado en la gestión de la Sociedad de Promoción, que cerró las cuentas de 2023 con un déficit de 3.251.324, 46 euros y una deuda a proveedores que asciende a 7.107.892,80 euros, lastra el buen funcionamiento del área en el día a día e hipoteca el futuro.
Con la gestión de la Sociedad de Promoción en sede judicial —la Fiscalía ha abierto una investigación tras la denuncia del Partido Popular (PP)—, revertir la quiebra de la empresa municipal es uno de los mandatos de Darias de aquí a 2027 —año electoral en la ciudad— y para eso la orden desde alcaldía ha sido clara: apretarse el cinturón al máximo y que sea la iniciativa privada la que agite la actividad cultural de la ciudad a través de conciertos o festivales.
Subvención al INAEM
La única salida que maneja el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, para revertir ese escenario, es ser uno de los beneficiarios de una subvención del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM). El consistorio capitalino solicitó una ayuda cercana a los tres millones de euros pero la respuesta está condicionada a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, circunstancia que añade incertidumbre al caso.
"Durante las últimas semanas", apunta el mismo promotor cultural con el que arranca esta nota, "muchos de nosotros hemos desfilado por el Rodríguez Quegles [palacete donde está ubicada localizada la sede de Sociedad de Promoción] y todos escuchamos lo mismo por boca de Adrián [Santana]: no había presupuesto garantizado para 2025 y, por lo tanto, todo lo apalabrado para la organización de eventos el próximo año estaba en el aire porque básicamente no había dinero".
Ya lo dijo Milei: no hay plata. Y en Las Palmas de Gran Canaria, además, igual no hay conciertos y festivales por iniciativa del ayuntamiento en una temporada.