La zona de Mesa y López vive cada día un trasiego importante de personas. Transeúntes que pasean con el objetivo de distraerse, comprar ropa o cualquier otro propósito. Quién sabe, el ritmo de la ciudad esconde muchos misterios. Mientras hay horas de luz, la que es una de las áreas comerciales por excelencia en Las Palmas de Gran Canaria, no experimenta nada fuera de lo común, nadie se siente molesto. Pero cuando cae la noche, los vecinos —sí, los lugares céntricos donde usted va de compras también tiene residentes de siempre— se irritan porque el incivismo de algunos no les permite descansar.
Atlántico Hoy ha recibido las quejas de varios habitantes del barrio que no pueden más. Desde hace meses ven cómo el entorno de las ramblas y la plaza de España — también conocida como de La Victoria— se llena de gente con otros horarios, hábitos y costumbres. El ruido que generan, según cuentan, hace imposible que puedan dormir a pesar de tener que madrugar para ir al trabajo o llevar a los niños al colegio.
"Estamos quemados"
Un vídeo que han enviado a este periódico muestra un tumulto de personas — un gran número, menores de edad— de origen marroquí armando el escándalo que, aunque se haga sin mala intención, supone un sinvivir para los residentes. “Estamos quemados”, afirman. La razón de su hartazgo no es fruto solo de los ruidos, sino también de la suciedad. En más de una ocasión han visto el mal estado en el que amanecen las aceras de los alrededores fruto de la algarabía nocturna.
Las fotos que acompañan a este artículo evidencian lo que está ocurriendo. El suelo aparece repleto de vasos de cartón, latas, botellas o bolsas de una conocida cadena de comida rápida. Es más, ciertos puntos de las gradas o algunos bancos en la plaza de España están ‘inhabilitados para sentarse’ por culpa de los restos de basura esparcidos. Las papeleras se suman al problema al acabar rebosadas con la consecuencia de lo que no cabe se tira a la vía pública.
Presencia de ratas
Además, los restos de pipas son visibles a lo largo de los tramos acolchados en las ramblas. Merece la pena resaltar que los inconvenientes sufridos por los lugareños no quedan ahí. La basura que se deja regada por el suelo a causa del incivismo agrava un tema que no es nuevo en la capital grancanaria, pero sigue siendo una preocupación para muchos: la presencia de ratas en las calles. Recordará usted, querido lector, el curioso episodio en el que una campaba a sus anchas a plena luz del día para asombro de quienes se la encontraban.
Este medio ha publicado en diversas ocasiones avistamientos de estos roedores en la ciudad —Mesa y López, San Cristóbal o la plaza de la feria son algunos ejemplos— . Los vecinos, en esta ocasión, han remitido más de una imagen en la que se ve a las ratas dando un paseo nocturno en medio de la basura que está tirada donde no debería. Un motivo más para que el vecindario esté en pie de guerra tanto por la indignación como por la incertidumbre de no saber cuándo acabará su particular pesadilla.