El sindicato de prisiones TAMPM ha denunciado este viernes una agresión sufrida el pasado miércoles por varios trabajadores en el Centro Penitenciario de Las Palmas II. Los hechos tuvieron lugar en uno de los módulos más conflictivos del penal, donde residen internos de perfil conflictivo y con elevado número de incidentes regimentales.
Durante el servicio de tarde, los funcionarios observaron cómo uno de los internos presentes en las zonas comunes consumía sin esconderse lo que los trabajadores reconocieron desde el primer momento como hachís. Ante esta situación, y dada la gravedad que supone la tenencia y consumo de este tipo de sustancias en el centro penitenciario, los funcionarios instaron al interno a acompañarlos a la zona de seguridad para, mediante el cacheo reglamentario, comprobar y en su caso retener las cantidades de dicha sustancia que pudiera tener en su posesión.
Se niega al cacheo
El interno se negó a ser cacheado así como a mostrar los objetos que porta en sus bolsillos y bolso. Acto seguido, sin mediar palabra, lanzó varios puñetazos que alcanzan a un primer funcionario en la cara, el torso y los brazos para, posteriormente, agarrarlo del cuello con clara intención de asfixiarlo, a la vez que le mordió la espalda.
Cuando otra funcionaria intentó socorrer a su compañero del interno, ya presentando dificultades para respirar, aquel reaccionó agarrando y retorciéndole el brazo, a la par que lanzó un segundo mordisco a la funcionaria interviniente. Ante la gravedad de la situación y el claro riesgo para integridad y la vida de los trabajadores involucrados, fue necesaria la ayuda de un mayor número de funcionarios que permita controlar la situación, los cuales también sufrieron diversos golpes y arañazos en distintas partes del cuerpo.
A aislamiento
Finalmente, y ya con la llegada del Jefe de Servicios, los funcionarios actuantes consiguieron reducir al interno y procedieron al traslado del reo al departamento de aislamiento como consecuencia de su extremo estado de agitación y agresividad.
Los funcionarios tuvieron que acudir a la enfermería del centro penitenciario para recibir asistencia sanitaria por las heridas, contusiones y lesiones sufridas; posteriormente necesitaron una mayor y más exhaustiva atención médica por lo que necesitaron desplazarse a los servicios de urgencias externos, siendo diagnosticados entre otros con esguinces, hematomas y heridas por mordiscos y arañazos varios.