La MetroGuagua algún día será una realidad —al menos, en teoría—. El vehículo con el que se busca agilizar la conexión por diferentes puntos en Las Palmas de Gran Canaria circulará por sus ocho tramos que irán desde Hoya La Plata en el cono sur de la ciudad hasta Juan Rejón en La Isleta. En medio hay un punto clave entre la calle Rafael Cabrera y el parque San Telmo. Una zona muy concurrida por guaguas, taxis y vehículos privados que deberán cambiar sus hábitos cuando los BRT —Bus de Tránsito Rápido por sus siglas en inglés— ocupen carriles.
Se trata del cuarto tramo que está previsto en el proyecto. Basta consultar los detalles que ofrece la página web para tener claro un concepto: “El área de San Telmo se prevé convertir en zona exclusiva para el transporte público”. La realidad es que habrá dos carriles para la MetroGuagua junto a la estación conocida popularmente como El Hoyo, uno de ida y otro de vuelta, que harán confluir al nuevo vehículo con los de la empresa Global que entren o salgan de las instalaciones. Además, a su alrededor, todo el itinerario verá aumentada su masa vegetativa.
La zona más conflictiva
En el trayecto número cuatro de la MetroGuagua se integrará la actual terminal del Teatro. En todo el tramo es importante plantearse cuáles serán las posibilidades que tendrán los coches y motos de los particulares porque, independientemente del planteamiento final, perderán carriles para circular en el entorno.
Un punto caliente será el área de San Telmo, donde habrá inconvenientes desde el desarrollo de las obras porque se trabajará en la parte central —así lo explicó el concejal de Urbanismo durante una comisión de pleno a principios de mayo, Mauricio Roque, quien definió esa zona como “la más conflictiva” debido a que se trabajar en la parte central—.
El trayecto
Ha llegado el momento de pensar qué pasaría si usted, querido lector, circulara con su vehículo. Imagine que, por ejemplo, viene del sur a la ciudad y entra a la altura del mercado de Vegueta. Pasará junto al Teatro Pérez Galdós y verá a su derecha la estación de Guaguas Municipales que está al aire libre. A tan solo unos metros estará en Rafael Cabrera. Ahí tendrá la posibilidad de conducir junto a la MetroGuagua, pero en el último semáforo todo cambiará: deberá desviarse a la calle Pilarillo Seco con el objetivo de continuar por Francisco Gourié.
Quienes tuvieran en sus planes alcanzar Venegas o Bravo Murillo como de costumbre verán sus planes frustrados: en San Telmo no habrá hueco para los vehículos privados. La consecuencia puede ser que la población tome la Avenida Marítima como alternativa. El Ayuntamiento capitalino aún está un poco a ciegas respecto al tema porque no cuentan, de momento, con los informes de Movilidad.
Presupuesto
Roque aseguró que cuando dispongan de las simulaciones, posibilidades y alternativas, “se comunicará”. Aunque quiso mandar un mensaje de tranquilidad: “Mientras se realicen las obras, los carriles van a seguir funcionando”. Los trabajos en Rafael Cabrera parecen preocupar menos porque se desarollarán sobre las aceras con una actuación “bastante blanda”. El proyecto del tramo cuatro se redactó en 2021 y tiene un presupuesto de 1.516.080,08 euros.
El edil de Urbanismo detalló que será necesario “introducir pequeñas modificaciones en la definición de los andenes derivadas de los cambios sobrevenidos del diseño de las paradas”. Un procedimiento en el que se buscará, dijo, la mayor fluidez posible en el tráfico. En aquella comisión de pleno estaba en el orden del día la comparecencia del director general de Movilidad Sostenible, Rafael Pedrero, para que ofreciera detalles de las consecuencias en la circulación, pero finalmente respondió a las preguntas de la oposición el propio Roque.
Visión del PP
Esa decisión llamó la atención del concejal del Grupo Municipal Popular, Gustavo Sánchez. En declaraciones a Atlántico Hoy, asegura que “han empezado la casa por el tejado, ese es el mayor problema”. Le preocupa lo que pueda ocurrir con el tráfico en San Telmo porque al volver en dirección a Francisco Gourié puede haber inconvenientes, bajo su punto de vista, en fechas como Navidad. “¿Quién va a querer ir a la zona abierta de Triana a hacer sus compras? Van a irse a un lugar donde no haya atascos o a un centro comercial”, reflexiona.
Opina también que en la Avenida Marítima se van a multiplicar las colas en hora punta “porque la gente querrá continuar su trayecto”. Además, expone que echan mucho de menos una planificación para aparcamientos “porque ni la MetroGuagua ni tampoco el resto de transporte público en Las Palmas de Gran Canaria van a tener capacidad de absorber a todas las personas que vienen a diariamente”.