La línea 33 de Guaguas Municipales es la fiel representación de una ciudad. Recorre, desde el Puerto hasta el Guiniguada, casi todas Las Palmas de Gran Canaria pasando por Ciudad Jardín, Escaleritas, Schamann o Las Rehoyas y El Polvorín. Y a ella se suben todo tipo de ciudadanos: los que salen de trabajar, los de la Ciudad Alta que quieren bajar a la costa, los estudiantes, los que han quedado a tomar algo… Escuchan música en sus auriculares, observan el móvil, algún que otro libro o simplemente miran por la ventana hasta que lleguen a su destino.
¿En qué pensarán todas esas personas que bajan y suben de la línea 33? Últimamente se habla mucho del futuro de Canarias, de hacía dónde tiene que ir, la mejora del modelo económico, la sostenibilidad, el respeto al entorno, a las costumbres y a la cultura del Archipiélago. Tanto es así que el pasado 20 de abril se convocaron movilizaciones en todas las Islas para dar un paso hacia el futuro que quieren los canarios y las canarias. ¿Cuál es ese futuro?
Cuidar a los canarios
Antonia tiene 76 años. “Las cosas son tan diferentes hoy en día”, acaba de dejar a su nieto más pequeño en casa de su hija y se sienta en la parada de Santa Catalina a esperar la 33 para volver a la suya. “No digo que antes sea mejor, ¡qué va!”, ríe, “pero sí creo que ahora es más difícil, hay muchos problemas y creo que los niños de ahora lo van a tener más complicado”. ¿Por qué? “Porque hay muchas injusticias”, responde. Antonia vio por la televisión las manifestaciones del 20 de abril, dice que está mayor ya “para tanta caminata”, pero su nieto, “el mayor, el de 17 años”, sí que fue.
“No me importan los turistas, es decir, que me parece bien que vengan los que tengan que venir”, cuenta unas cuantas paradas más allá Pablo, tiene 30 años y va camino al trabajo. “Pero es verdad que creo que el Gobierno tendría que cuidar un poco más a los canarios que al final somos los que les pagamos el sueldo”. Pablo cuenta que fue a su médico de cabecera porque siempre se siente raro del estómago y, a veces, cualquier tipo de comida le sienta mal. "Tengo cita para el próximo año".
Querer a Canarias
“Yo sí fui el sábado a las manifestaciones”, al lado de Pablo está Alba que escucha la conversación y se une, “y me emocioné porque se nota que queremos esta tierra”. Ella es más joven, tiene 23 años y está estudiando Veterinaria en la ULPGC, “es que no paro de leer noticias de récords de llegadas, pero luego los canarios no estamos viendo esas mejoras en nuestras vidas, al contrario, vemos cómo se daña continuamente el territorio”. Para Alba, “si ni siquiera nuestros políticos respetan Canarias, ¿cómo lo van a hacer los turistas? Por eso vemos siempre en redes sociales a gente haciendo hogueras en el Teide, acampando en zonas prohíbidas o pintando espacios naturales”.
Toca bajarse de nuevo, esta vez en Escaleritas. “Yo creo que la gente está cansada de escuchar decir que vivimos del turismo”, contesta Juan José, de 50 años. “Mi hijo, sin ir más lejos, tiene su carrera, su máster recién acabado y está trabajando de camarero y, a veces, le digo que, como es su primer trabajo, no pasa nada, que ya encontrará algo de lo suyo, pero a veces lo dudo hasta yo”. Juan José fue de aquellos que trabajó en la obra cuando todo iba bien en la construcción, pero cuando llegó la crisis las cosas dejaron de ir tan bien, “no quiero que al chiquillo le pase lo mismo”.
Despedidas
Siguiente parada, ya el Guiniguada. Mientras tanto, en la guagua están Alberto y Eva. El primero lleva una semana en Gran Canaria porque normalmente estaría en Madrid. “Suelo coger una semana de vacaciones por estas fechas porque es el cumpleaños de mi abuelo”, explica. Eva y él son amigos de toda la vida y habían quedado “en nuestra cita anual que, desde que vive por ahí, casi no lo veo”, ríe ella. “Cada vez es más difícil vivir aquí, tengo amigos con 30 años compartiendo piso con otros amigos”, cuenta Alberto, “y yo mismo me tuve que ir a trabajar fuera, aunque no creas que allí se vive mucho mejor, echo de menos estar aquí”.
“Yo creo que el modelo tiene que cambiar”, continúa su amiga, “pero ya no solo el tema del turismo, creo que hay que cambiar muchas cosas: la sanidad, la educación, los servicios públicos en general”. Hay muchas ideas en la línea 33, a lo mejor los próximos programas políticos podrían crearse dando ideas en una guagua. De momento, habrá que esperar.