La MetroGuagua, el proyecto estrella del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, no solo está entre las obras investigadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital grancanaria, sino que gana peso en la querella de la Fiscalía por los vínculos hallados por la Guardia Guardia Civil entre proyectos, empresas y dirigentes de la Sociedad Municipal de Gestión Urbanística (Geursa), con José Manuel Setién como principal imputado, entonces consejero de la entidad y responsable de Urbanismo hasta su jubilación en marzo de 2023.
La implantación del tramo ocho de este sistema de transporte público rápido, que el Ayuntamiento adjudicó en octubre de 2022 a Lopesan Asfaltos y Construcciones SA por 3,1 millones de euros, está entre los expedientes recabados por el magistrado Rafael Passaro a petición de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo de Las Palmas, que investiga con Anticorrupción a Geursa por beneficiar al empresario Felipe Guerra en el desarrollo comercial de Tamaraceite Sur, además de incrementar los presupuestos o el gasto de las obras mediante el modificado de los proyectos o los certificados para cobrar los trabajos ejecutados por las compañías, entre otras líneas de investigación.
Grandes constructoras
Hay varios testigos que recibieron presiones para beneficiar a Pérez Moreno en la realización de los accesos a El Confital y a Lopesan en el tramo 8 de la MetroGuagua, con el argumento general de que no existe la economía de obra y, por tanto, hay que gastar todo el presupuesto comprometido, incluso incrementarlo, con modificados de los proyectos que previamente pactaban con los contratistas sin que fueran necesarios, según la tesis del ministerio público.
"Trincar las perras", recoge un audio aportado por uno de los jefes de la obra de El Confital, era el objetivo de Carlos Cabrera, responsable de la oficina técnica de Geursa, quien fue grabado mientras advertía que Setién, tras su reciente jubilación, "seguía mandando".
Ese ingeniero, junto al responsable de seguridad de la obra, fue despedido por no allanarse a las exigencias económicas solicitadas, según la querella de la Fiscalía. Cabrera, que trabajó dos años en Lopesan antes de entrar en Geursa, quería aplicar también ese método al tramo ocho de la MetroGuagua, una de las actuaciones más controvertidas de todo el proyecto junto a la estación de Hoya de la Plata y el paso subterráneo de Santa Catalina, este último adjudicado también a la compañía de Eustasio López.
La obra interminable
El tramo ocho de la MetroGuagua es el último del faraónico proyecto, que fue presentado en 2017 por el alcalde Augusto Hidalgo. Contaba con poco más de 100 millones de euros y debía de haber finalizado en 2021, pero ya va por 170 millones y carece aún de fecha de finalización.
De los ocho tramos aprobados para el Bus Rapid Transport (BTR), que consta de 11,7 kilómetros de recorrido y 35 paradas entre Hoya de La Plata y el Puerto, solo la mitad están acabados (Blas Cabrera Felipe, Venegas-Luis Doreste Silva, Pío XII-Galicia, Mesa y López-Base Naval), dos pendientes de comenzar (Vegueta-Frente Marítimo y Rafael Cabrera - San Telmo), y otros dos en fase de ejecución (Vega de San José e Istmo-Juan Rejón). A esto hay que sumarle la estación de Hoya de la Plata y el paso inferior de Santa Catalina, que también están en ejecución, pero empantanados por recursos y resoluciones de contratos y de nuevas adjudicaciones.
Sobre la mesa del juez
Durante las entradas y registros del pasado mes de agosto en Geursa y el Ayuntamiento, el Seprona se llevó el expediente completo del tramo 8 del carril rápido, cuyas obras se extienden desde Eduardo Benot hasta finalizar Manuel Becerra, pasando por Agustín Millares y la Calle Gordillo, con la finalidad de crear dos carriles de uso exclusiva para la MetroGuagua en los límites que marca la autovía GC-1 con el itsmo, el punto más estrecho de la ciudad.
Los trabajos comenzaron en enero de 2023, con un plazo de ejecución de solo seis meses, pero siguen sin terminarse y acumulan hasta seis prórrogas concedidas a Lopesan, que alega causas ajenas a la empresa para justificar las demoras, como el traslado de un cuadro de luces del Cabildo de Gran Canaria.
Palabras clave
Los agentes, además, han intervenido servidores, ordenadores, móviles y cualquier otro sistema de comunicación o equipo de los seis investigados, ordenando el juez búsquedas de información a través de palabras clave, como el proyecto de la MetroGuagua, con el propósito de vincular las anomalías denunciadas por los testigos con esas obras o proyectos bajo sospecha.
El tramo ocho no es la única obra polémica que realiza Lopesan. La empresa, junto Acciona, ganó la ejecución del paso subterráneo de Santa Catalina, pero, ante las dificultades encontradas sobre el terreno, solicitó un modificado del proyecto y del presupuesto demasiado elevado, razón por la que el gobierno local ha decido resolver el contrato y volver a sacarlo a licitación.
El pasado mes de junio, además, Lopesan cobró casi 30.000 euros por asegurar el segundo tramo de la MetroGuagua, que quedó abandonado en enero de 2020 por el contratista original, Tecyr Construcciones y Reparaciones. El trabajo se adjudicó por la vía de emergencia en abril de ese año, con Javier Doreste de concejal de Urbanismo y la pandemia del Covid llamando a la puerta. La compañía terminó las labores en agosto y pasó la factura al Ayuntamiento, que se la ha pagado ahora, cuatro años después.
El marco de las pesquisas
Al margen de ese tramo ocho de la MetroGuagua, del acceso a El Confital y de las permutas realizadas con Felipe Guerra en Tamaraceite, también se investigan posibles sobrecostes en la conexión con La Galera y en las mejoras de barrios como El Lasso y Divina Pastora, todos trabajos encomendados por Geursa, imputada en la causa junto a su gerente, Marina Más, Guerra, Setién, Cabrera y Luis Peréz, responsable del departamento jurídico de la misma entidad.
El sexto investigado es Miguel Ángel Padrón, que entonces era jefe de Parques y Jardines y tenía una empresa a medias con Felipe Guerra que recibió obras menores.
La mujer de Setién
El Seprona, además, ha encontrado otra conexión entre la MetroGuagua y Setién: el diseño de sus paradas y el proyecto de la Estación de Hoya de La Plata fue realizado por TDA Arquitectura y Urbanismo 2002, una sociedad vinculada a Calidad y Gestión en Arquitectura, compañía de la que es apoderada la mujer de Setién, que carece de titulación y formación en el sector.
TDA Arquitectura también ha realizado los proyectos de la pasarela de La Cícer y de la Biblioteca Josefina de La Torre, ambas infraestructuras en la playa de Las Canteras.