Este es el barrio más curioso de Las Palmas: tiene un castillo del siglo XV y una playa oculta

A un paso del castillo se encuentra el Puerto de La Luz, —el recinto portuario más importante en el Atlántico Medio— que destaca por su ubicación, su tamaño, su infraestructura y sus servicios

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Imagen del Castillo de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria / HOLA ISLAS CANARIAS
Imagen del Castillo de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria / HOLA ISLAS CANARIAS

La Isleta es un barrio ambiguo —representa la evolución de todo un vecindario y también el valor histórico de Canarias y de los canarios ante la conquista y los asaltos—. El Castillo de La Luz es el sello inconfundible de esta zona de Las Palmas de Gran Canaria y lleva desde el siglo XV coronando el barrio. 

A un paso del castillo se encuentra el Puerto de La Luz, —el recinto portuario más importante en el Atlántico Medio— que destaca por su ubicación, su tamaño, su infraestructura y sus servicios. Es decir, en un mismo barrio puedes ver una construcción de 1494 y a un paso un puerto de gran envergadura que hacen que La Isleta sea el barrio más curioso de la capital grancanaria. 

La Isleta 

La Isleta es el típico barrio en el que caben todos pero su historia es más interesante que el propio espíritu cosmopolita. En el mapa, el barrio figura en la península que tiene Gran Canaria al noroeste y tiene por un lado la zona de La Puntilla —en la playa de Las Canteras— y por el otro el Puerto de La Luz.

Los dos extremos fueron víctimas de los corsarios, que intentaban contra viento y marea saquear el núcleo urbano —por suerte contaban con una fortaleza construída en 1494—. Los piratas de alma negra y acento inglés eran Francis Drake y John Hawkins y no solo perdieron el asalto y no lograron conquistar las Islas para la corona británica, sino que acabaron muertos. 

Y el franquismo 

Y si esta primera victoria no define lo suficiente el alma revolucionaria de los isleteros e isleteras llega el —intocable— Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Oh, là, là.

La primera referencia al Carnaval se localiza en el siglo XVI, en 1574, con el baile de máscaras y disfraces celebrado en la casa del canónigo Pedro León, con motivo del matrimonio de Matías Cairasco. Las carnestolendas viven su primer salto importante a mediados del siglo XIX, con la aparición de instituciones socio-culturales con capacidad para convocar fiestas con motivos diversos, complementadas por las primeras cabalgatas de carrozas y carros alegóricos acompañados por las máscaras, pero llegó el franquismo y la fiesta se tenía que acabar. 

En el siglo XX ya el Carnaval pertenecía a La Isleta, un barrio vivo, transgresor, que tenía todo lo que ha de tener un barrio para ser el mejor anfitrión de las fiestas más importantes de Canarias, pero la represión de Franco quería doblegarlos al silencio más absoluto y al menor escándalo posible. Los vecinos decidieron cambiarle el collar al perro y hacer las "Fiestas de Invierno" y las celebraban de manera clandestina. Los vecinos se disfrazaban y antes de salir a la calle se tapaban con mantas o sábanas todo el cuerpo hasta que llegaban a los locales clandestinos y mostraban su alegoría. 

Una playa oculta 

Además del valor histórico y social de La Isleta, el paisaje también es uno de sus fuertes. La Puntilla es la más conocida de sus postales pero un poco más allá del horizonte se esconde una playa y un paseo desde el que ver atardeceres mágicos. 

El Confital también merece una mención especial, es una playa poco conocida y que frecuentan los vecinos de la zona, es de aguas cambiantes por lo que habrá que atender a las mareas y no se parece a cualquier otra playa de Gran Canaria, pero sin duda es una bonita opción para adentrarse en el barrio de La Isleta y ver hasta dónde alcanza su peculiaridad. Por todo esto —y mucho más— La Isleta es y será uno de los barrios más curiosos de Las Palmas de Gran Canaria. 

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