A principios de agosto, cuando el 'caso Valka' aún estaba secreto y el juez empezaba a tirar de la querella de la Fiscalía, la Guardia Civil montó un dispositivo de vigilancia para seguir a los principales investigados, entre ellos José Manuel Setién, ex coordinador de Urbanismo en Las Palmas de Gran Canaria, Marina Más, gerente de la Sociedad Municipal de Gestión Urbanística (Geursa), Carlos Cabrera, responsable de Movilidad y Obras en la misma entidad pública, y el empresario Felipe Guerra, cuyas permutas de parcelas en Tamaraceite a cambio de suelo comercial motivaron el inicio de la causa penal.
Los agentes del Seprona se encontraron con una sorpresa que refuerza la principal línea de investigación y avala los testimonios de siete técnicos o ex empleados de Geursa: la relación entre Guerra y Setién sobrepasa los límites de lo profesional, es más que fluida, íntima, hasta el punto de que el empresario llama "Pepe" al alto cargo municipal, hombre fuerte en Urbanismo de todos los alcaldes de la ciudad durante las últimas décadas, con la excepción de Jerónimo Saavedra, que lo destinó a Vivienda.
Vuelo y coche juntos
Ese compadreo con un empresario que tiene línea directa con los dirigentes de Geursa, sociedad de la que Setién ha sido consejero, choca con el carácter reservado del urbanista, poco dado a la exposición pública, hermético casi en sus relaciones con los demás. Pero los agentes, en esa diligencia de seguimiento, lo pillan rumbo a Lanzarote con Guerra, que tiene propiedades en la isla conejera.
A Setién lo recoge en la puerta de su casa una mujer con un coche que está a nombre de la sociedad Guerra Patrimonial, la principal compañía investigada hasta el momento por las permutas privadas de terrenos en Tamaraceite, y lo lleva al aeropuerto de Gran Canaria, donde se reúne con el propio Guerra y una tercera persona en la cafetería.
Luego Guerra y Setién embarcan y viajan en asientos contiguos a Lanzarote, donde la Guardia Civil les espera para continuar con el seguimiento. Regresan a Gran Canaria por la noche, también juntos, y les recoge en el aeropuerto el mismo vehículo que está a nombre del empresario y que esa mañana ha ido a buscar a su casa al exjefe de Urbanismo.
Entradas y registros
Poco después del éxito de esa diligencia, tras confirmarse también que Setién accedía en remoto a los archivos de Geursa a pesar de estar jubilado, el magistrado instructor autorizó las entradas y registros solicitadas por Anticorrupción. Los agentes accedieron a los servidores, equipos informáticos y teléfonos de los investigados, tanto en la sede municipal como en sus domicilios privados, con la finalidad de cruzar datos con los proyectos bajo sospecha y rastrear las comunicaciones entre ellos. Se trata de obras como los acceso a El Confital y Las Canteras, Divina Pastora o varias mejoras en el barrio de El Lasso.
El objetivo de esa búsqueda masiva de información, además de obtener medios de prueba que sostengan la querella, es averiguar si hubo sobornos o cobro de comisiones, pues nadie hasta el momento está imputado por cohecho, pero todo gira sobre el uso de los recursos públicos de Geursa en beneficio propio o de terceros, como sucedió en Tamaraceite, donde se expropiaron terrenos para hacer casas de protección oficial y al final se le dio prioridad al desarrollo comercial de la zona sur del barrio.
El turno de Guerra y Luis Pérez
Los implicados, en ese sentido, se han negado a declarar hasta conocer el resultado de esos registros. Esta semana están citados Guerra y Luis Pérez, responsable jurídico de Geursa, quienes, previsiblemente, harán lo mismo que el resto de investigados: guardar silencio.
Mientras, la Guardia Civil cierra el círculo sobre Setién, con al menos seis empresas del sector de la arquitectura y la construcción vinculadas a su mujer, que carece de titulación o formación en la materia, pero figura como apoderada o administradora. Una de ellas, TDA Arquitectura y Urbanismo, fue la que diseñó las paradas de la MetroGuagua y el proyecto de la estación de Hoya de la Plata, además de redactar los trabajos para hacer la pasarela de La Cícer o la biblioteca Josefina de La Torre.