En el corazón de Las Palmas de Gran Canaria, en un rincón donde el tiempo parece haberse detenido, yace una ermita secreta que ha guardado durante siglos las historias de conquistadores, marineros y viajeros.
Oculta en una plaza discreta, este templo fue testigo del nacimiento de la ciudad y vio pasar por su interior a figuras legendarias. Este pequeño santuario, con su fachada de piedra y su austero campanil coronado por una cruz, invita a quienes buscan rastros de un pasado remoto. Sin embargo, hasta ahora, solo unos pocos afortunados habían podido contemplar sus misterios desde dentro.
Después de siglos cerrada al público, finalmente se abren las puertas de esta antigua ermita para que residentes y visitantes puedan disfrutar de su patrimonio histórico y espiritual. Este evento marca un hito para los amantes de la historia y la cultura de Gran Canaria, quienes ahora pueden conocer los detalles de un lugar emblemático que ha sido testigo de los inicios de Las Palmas.
Historia de la ermita
Conocida como la Ermita de San Antonio Abad, esta joya arquitectónica data de 1478, el año en que se fundó la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Pedro de Vera, el conquistador de Gran Canaria, quien estableció el primer campamento de la ciudad en la orilla del río Guiniguada, rodeado de un exuberante palmeral que dio origen al nombre "Real de Las Palmas."
Este lugar no solo es importante por su antigüedad, sino por su significado histórico. La ermita fue uno de los primeros templos construidos en Canarias y, en sus primeros años, fue la sede provisional de la Catedral de Canarias. Aquí se celebraron los primeros actos religiosos de la isla, y se convirtió en un lugar de culto clave para los habitantes de la nueva ciudad.
La ermita donde rezó Colón
Cuenta la tradición que Cristóbal Colón, en su camino hacia las Américas, oró en esta ermita antes de zarpar. Este detalle ha dado a la ermita un encanto especial y ha atraído durante años a aquellos interesados en la historia de los descubrimientos y la exploración marítima.
La ermita fue consagrada a San Antonio Abad, y en 1570, cuando se finalizó la actual Catedral de Canarias en la Plaza de Santa Ana, la ermita dejó de cumplir funciones catedralicias. A lo largo de los siglos, ha sido testigo silencioso de la evolución de la ciudad y de los cambios históricos de la isla.
Un templo con arquitectura única
La Ermita de San Antonio Abad destaca por su arquitectura sencilla y representativa del estilo del siglo XV. Con una estructura de techo de tejas a dos aguas y una portada de sillería, el templo conserva un encanto rústico y solemne. En la entrada se observa un bajorrelieve del escudo imperial y una ventana de medio punto que da luz al interior.
En 1757, debido a su estado ruinoso, la ermita fue reconstruida. Solo se mantuvo su portada original, y el nuevo templo fue consagrado y reabierto el 17 de enero de 1758, el día de San Antonio Abad. Casi tres siglos después, la ermita ha sido abierta nuevamente para el disfrute de quienes buscan explorar el patrimonio histórico y cultural de Las Palmas de Gran Canaria.
Horarios y precios de visita
La reapertura de la ermita se ha llevado a cabo como parte de un esfuerzo de la Diócesis de Canarias para promover y conservar el patrimonio religioso de la isla. Ahora, tanto residentes como turistas podrán visitar este emblemático monumento en el centro de Las Palmas.
El horario de visita es de lunes a sábado, de 10:00 a 14:00 horas. La entrada tiene un coste simbólico para contribuir a la conservación del templo y su mantenimiento diario: 1 euro para residentes diocesanos y 1,50 euros para turistas.