Salvar la Noche de Reyes. Esa es la razón que motiva la reunión a la que han sido convocados, este lunes (20 de mayo), empresarios de Triana. El encuentro, que tendrá lugar en el Gabinete Literario, promueve un frente común para preparar su defensa ante las posibles consecuencias derivadas del recurso contencioso administrativo presentado por la Asocación de Vecinos Triana-San Telmo, en los juzgados de la capital, contra el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por los actos organizados por el propio consistorio para celebrar esa fecha navideña en el céntrico barrio.
El proceso judicial ya se ha puesto en marcha y entre hosteleros y restauradores de Triana hay sensación de indefensión, una consideración que tiene su raíz en diferentes circunstancias: por ejemplo, el precedente del Carnaval en el Parque Santa Catalina o la falta de cintura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en escenarios similares —tanto a la hora de defenderse en los Juzgados como en los pasos que ha dado en los últimos años respecto a los horarios de la Noche de Reyes, cada vez más restrictivos—.
¿Hasta qué hora concedió permiso el ayuntamiento?
La última celebración de la Noche de Reyes certifica su desarrollo menguante. El reloj marcaba la una de la madrugada —del 5 al 6 de enero— cuando camareros, encargados y propietarios, como si alguien hubiera tocado a rebato, empezaron a recoger mesas, sillas y barras plantadas en torno a la calle Triana. El festejo, por primera vez desde su conversión en cita multitudinaria por mandato popular, bajaba la persiana a las primeras de cambio.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, este 2024, autorizó a los bares y restaurantes de la zona la instalación de barras en las puertas de sus locales entre las 18.00 horas del 5 de enero —un viernes— y la 1.00 de la madrugada del 6 de enero —sábado—. Cinco año antes, en 2019, el permiso alcanzó hasta las 4.00 horas. En 2014, hace una década, la fiesta acababa a las 5.00 de la mañana. "Han cedido", lamenta un hostelero de la zona, "y esto acabará como el Carnaval en Santa Catalina. Al final en esta ciudad no habrá nada que celebrar. ¿Se imagina alguien que lo que ha ocurrido aquí con el Carnaval pueda pasar en Pamplona con los Sanfermines?".
¿Qué piden los vecinos?
La querella de la Asociación de Vecinos Triana-San Telmo considera que las últimas fiestas de la noche del 5 de enero, con la instalación de barras en la calle y la celebración de conciertos en varios puntos del barrio —como San Telmo, San Bernardo o la Alameda de Colón—, derivan en un macrobotellón hasta altas horas de la madrugada que afecta a los residentes. "Pedimos que se cumpla la Ley de Ruidos. Desde que nosotros empezamos a denunciar y presentar quejas, que fue mucho antes de la pandemia, no sólo no se nos ha hecho caso, sino que ha ido a peor", explicó un miembro de este movimiento el mes pasado a este periódico.
José Eduardo Ramírez, concejal del Distrito Centro, mantuvo su apuesta por el diálogo tras conocer que los vecinos habían dado el paso de acudir a la Justicia. "Nos gustaría", recalcó el edil de Nueva Canarias en abril a este periódico, "que esta asociación de vecinos tuviera la posibilidad de negociar con nosotros y que no acabara judicializando todas las actuaciones que se desarrollan en Triana”.
Otros problemas
"El problema", detalla un trabajador de la hostelería de la zona, "ya no es sólo la Noche de Reyes. La de este año es la primera vez desde que trabajo aquí que ese día estaba a la una y media de la madrugada en mi casa". Sin embargo, advierte que las fricciones van más allá de una fecha concreta. "El asunto", narra, "es que esto va a peor todos los días con un grupo reducido de vecinos. Ahora hay unos que amenazan con ir a los Juzgados para que se retiren las terrazas a las diez de la noche, que es cuando más rendimiento se sacan a las mesas que están en la calle. No sé si son conscientes que hay familias que comen de este negocio".
Sobre esa disputa entre vecinos y bares ya hay jurisprudencia en Las Palmas de Gran Canaria. Las terrazas del entorno de la calle Joaquín Costa, tienen que estar recogidas antes de las 10 de la noche por orden del ayuntamiento de la capital, que tomó esta decisión tras dos sentencias judiciales que le culpaban "inacción" para combatir los ruidos y proteger el descanso de los vecinos.