El Centro Comercial Maya de Las Palmas de Gran Canaria construido en 1998 en la zona comercial de Mesa y López, muy cerca de la Playa de Las Canteras y que converge entre las calles Galicia, Juan Manuel Durán y Ruiz de Alda, tiene nuevo dueño.
Según ha podido confirmar Atlántico Hoy, el inmueble, que estaba cerrado desde 2014, ha sido comprado por una sociedad relacionada con el empresario José Baltasar, una de las caras más conocidas de SPAR Gran Canaria, aunque la compañía que se ha hecho con el edificio, tal y como ha informado a este medio la cadena de productos de alimentación, está relacionada con otra línea de negocio que nada tiene que ver con los famosos supermercados canarios.
4,5 millones
El precio de venta del edificio, que tiene una superficie construida de 2.834 metros cuadrados —repartidos en un sótano, una planta baja y cinco más superiores— ubicada en una privilegiada zona de Las Palmas de Gran Canaria que es apta para una nueva promoción inmobiliaria, rondaría los 4.500.000 euros. El uso principal del inmueble es comercial, pero la normativa municipal permite otros como el residencial o el turístico.
La historia de Maya nace en un pequeño negocio fundado por Tirthdas Bherumal Bharwani en 1953 en Santa Cruz de Tenerife. Maya significa ilusión en sánscrito y lleva el nombre de la hija fallecida del fundador.
Concursal
En sus comienzos era una tienda que vendía una variedad de productos a precios atractivos gracias a los beneficios fiscales en las Islas Canarias. Con el tiempo, la empresa creció y diversificó su oferta, convirtiéndose en un imperio comercial dirigido por los hijos del fundador, especialmente por Ramesh Bharwani.
Bajo su liderazgo, Maya se extendió para incluir la importación y distribución mayorista de marcas internacionales, construyó un complejo hotelero en Lanzarote y se involucró en el negocio inmobiliario. Además, la empresa se volvió prominente en eventos sociales y culturales, como el Carnaval de Santa Cruz.
Sin embargo, tras la muerte repentina de Ramesh en 2010, la tercera generación de la familia Bharwani no pudo mantener el éxito de la empresa. Se enfrentaron a la crisis económica y una creciente competencia, lo que llevó a una mala gestión y a la situación actual de la empresa, con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que terminó con el cierre de todos los negocios y la sociedad acabó en concurso de acreedores.