Una auténtica desesperación. Quienes decidieron salir este fin de semana de casa para disfrutar un día en familia por Las Palmas de Gran Canaria terminaron hartos por el colapso que sufrió el tráfico en la ciudad. Los actos navideños celebrados en los centros comerciales Alisios y Las Arenas fueron dos puntos calientes que bloquearon varias salidas y entradas. La alcaldesa de la capital, Carolina Darias, lamentó este lunes la situación, pero añadió: “Noto que es una ciudad viva”.
Como publicó Atlántico Hoy este domingo, el parquin del espacio comercial ubicado en Tamaraceite vivió un absoluto caos. Muchos vehículos se quedaron encerrados hasta tres horas porque las vías de acceso a Alisios y al propio barrio sobre el que está construido estaban taponadas por todos los coches que circulaban por allí.
¿Por qué se desbordó?
Darias se pronunció sobre el tema tras una pregunta de este medio durante el acto simbólico en el que colocó, junto al consejero de Obras Públicas Pablo Rodríguez, la primera piedra de un edificio que irá destinado a 27 viviendas con alquileres asequibles en la conocida calle León y Castillo.
“A ese acto asistí yo el viernes y congregó a muchísimas personas, yo creo que la gran cantidad de gente fue lo que hizo realmente desbordar todas las previsiones. La propia actividad que tiene el auditorio también era importante y, sobre todo, lo que tiene que ver con el propio evento de la Navidad”, subrayó la primera edil.
Ganas de festejar
La exministra de Sanidad no detalló cuál era la planificación que existía, aunque sí reconoció que deben seguir trabajando “para intentar compatibilizar todos los actos”. Comentó también que, bajo su punto de vista, “es una ciudad que tiene ganas de festejar la Navidad”.
“Vamos a empezar”, expresó, “a preparar todos los actos con el encendido navideño que tendrá lugar esta semana en la Plaza de Santa Ana”. Ahora solo queda esperar a ver qué ocurre de cara a los próximos eventos, que podrían congregar a un número similar de asistentes.
En Alisios se juntaron unas 5.000 personas y el problema se disipó bastante cuando dos unidades de la Policía Local tomaron el control de la rotonda situada al final de la Avenida César Manrique.