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Las Palmas

Los cuatro puntos negros de la movilidad en Las Palmas de Gran Canaria

Estos lugares son conocidos como "puntos negros" debido a los problemas recurrentes de congestión que no se alivian ni siquiera en los meses de verano

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Imagen del túnel Julio Luengo, en Las Palmas de Gran Canaria / ARCHIVO

Las Palmas de Gran Canaria, como una de las ciudades más grandes y dinámicas de Canarias, enfrenta desafíos importantes en términos de movilidad urbana. A medida que la población crece y el número de vehículos en circulación aumenta, la ciudad ha experimentado varios puntos críticos que afectan a la fluidez del tráfico y la calidad de vida de sus habitantes.

Entre estos puntos destacan cuatro áreas clave: la rotonda de Belén María y La Isleta, el túnel Luengo, la salida de Las Palmas hacia Telde por la GC-1, y la rotonda de La Ballena. Estos lugares son conocidos como "puntos negros" debido a los problemas recurrentes de congestión que no se alivian ni siquiera en los meses de verano. Un trayecto que dura normalmente 30 minutos, se puede convertir cada mañana en una espera de más de una hora. 

Rotonda de Belén María y La Isleta: un punto neurálgico

La Rotonda de Belén María es uno de los puntos más críticos en la movilidad de Las Palmas de Gran Canaria. Situada en la entrada al barrio de La Isleta y en la confluencia de varias vías principales, esta rotonda es un punto de paso obligado para miles de vehículos que se dirigen hacia el puerto, el barrio de La Isleta, o hacia el centro de la ciudad.

La importancia estratégica de esta rotonda radica en su función como distribuidor de tráfico hacia diferentes áreas de la ciudad, lo que la convierte en un embudo de tráfico donde se concentran una gran cantidad de vehículos, especialmente durante las horas punta.

Túnel Luengo: un cuello de botella subterráneo

El Túnel Luengo, que conecta el centro de Las Palmas de Gran Canaria con la zona alta de la ciudad, es una infraestructura vital para la movilidad urbana. Sin embargo, el túnel se ha convertido en uno de los principales puntos negros de la ciudad debido a su incapacidad para manejar el creciente volumen de tráfico.

El túnel, que fue diseñado hace décadas para un volumen de tráfico mucho menor, se enfrenta hoy en día a problemas de congestión que afectan a miles de conductores diariamente. La incorporación de la circunvalación que permite a los conductores que llegan desde el norte de la Isla acceder al centro de la ciudad sin pasar por el túnel no ha reducido el tráfico por el Luengo, donde cada día se generan retenciones y accidentes que no solo causan atascos, sino que también plantean serios riesgos de seguridad para el resto de conductores. 

La GC-1 con destino Telde: el caos absoluto 

La salida de Las Palmas hacia Telde es una de las arterias más importantes para la movilidad en Gran Canaria, conectando la capital con una de las principales ciudades de la isla. Esta vía, que forma parte de la GC-1, es utilizada por miles de vehículos cada día, incluyendo tanto tráfico de largo recorrido como desplazamientos locales.

La importancia de esta salida radica en su función como corredor principal para el tráfico que se dirige hacia el sur de Gran Canaria, incluyendo áreas turísticas clave y zonas residenciales. La vía cuenta con múltiples puntos de acceso y salida, lo que provoca una interrupción constante del flujo de tráfico. Además, las intersecciones y los cambios de carril necesarios para acceder a las zonas industriales y comerciales a lo largo de la ruta complican aún más la situación. La combinación de estos factores crea un entorno en el que los embotellamientos son prácticamente inevitables, especialmente en los momentos de mayor afluencia de vehículos. 

El núcleo urbano de Tamaraceite 

El —relativamente nuevo— núcleo urbano de Tamaraceite se ha convertido en un punto crítico emergente para la movilidad en Las Palmas de Gran Canaria. Este área, que ha experimentado un rápido desarrollo en los últimos años, ha visto la construcción del centro comercial Los Alisios, sumado a complejos residenciales, y una variedad de infraestructuras que han atraído a miles de nuevos residentes y visitantes. Este crecimiento, aunque positivo para la economía local, ha generado retenciones insufribles en las dos entradas desde el centro de la ciudad hacia el centro comercial y la zona del Leroy Merlín. 

Las vías de acceso al nuevo núcleo urbano, que en su momento eran adecuadas para un tráfico moderado, ahora se ven desbordadas durante las horas punta. La carretera GC-308, una de las principales arterias que conecta Tamaraceite con otras partes de la ciudad, suele verse saturada, especialmente en los tramos cercanos a los centros comerciales y áreas residenciales.

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