Es habitual encontrarse en la conocida Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria algunas personas en sus balcones traseros durmiendo o consumiendo droga. Esta situación supone una molestia para las cafeterías y restaurantes de la plaza, así como para los vecinos y el propio personal de la sede del Obispado de Canarias.
Esta problemática supone una imagen recurrente para los habitantes y empleados de la zona. A pesar de que cada cierto tiempo se desaloja a estas personas y se limpian ambos balcones por los equipos de limpieza de la capital grancanaria, el grupo vuelve a ocupar el lugar y continuar con sus actividades habituales.
Altercados
Los balcones que suelen ocupar estas personas son los que se encuentran en la trasera de la catedral, que dan para la Plaza del Pilar Nuevo y la Plazoleta Francisco María de León. La zona es transcurrida por los vecinos de los edificios de alrededor, además de por la gente y turistas que pasean por Vegueta. Todos los grupos coinciden en que es una situación complicada y molesta.
El personal de seguridad de la Catedral de Santa Ana se ha enfrentado ya a estas personas en múltiples ocasiones. Denuncian que esta situación se lleva viviendo desde hace años. “Ayer tuvimos un altercado bastante grave con uno de ellos. Hubo hasta patadas y cabezazos”, comenta una de las empleadas a Atlántico Hoy.
Jeringuillas
La mañana del 11 de octubre, acudieron al lugar equipos de limpieza junto a servicios especiales de la Policía Local para proceder al desalojo y limpieza de ambos balcones. Según los trabajadores de la catedral que atendieron al medio, las limpiezas se hacen como cada 15 días.
Cada vez que se higienizan las zonas, se encuentran jeringuillas, lo que supone un peligro. Y, aunque se realizan desalojos y se interviene para “echarlos”, vuelven. “Duermen, pasan el día ahí, se echan sus cosas…”, explica una segurita. Supone una situación complicada en los alrededores del edificio del Obispado de Canarias.