Los comerciantes de la parte alta de Las Palmas de Gran Canaria se quejan de que están padeciendo una oleada de robos. En concreto la mayoría de los incidentes ocurren en la calle Pedro Infinito, en el barrio de Schamann. “Esto se parece a lo que era el Buque de Guerra o a El Polvorín”, afirma resignada la dueña de un comercio aludiendo a los tristemente famosos bloques ya desaparecidos y que prefiere guardar el anonimato.
El vídeo que acompaña a este artículo fue grabado por una cámara de seguridad ubicada en el interior de una pequeña tienda de la calle Mariucha. En la grabación se puede apreciar como el dueño del comercio, que la abrió a principios de este año, evita que le roben pero está a punto de acabar quemado entero. El encapuchado que está intentando entrar al local, ataca al comerciante con gasolina que ha rociado previamente por el local y le prende fuego, que de milagro consigue apagar las llamas. Los hechos ocurrieron al final de enero y todavía no se ha producido ninguna detención.
Roban de todo
Según fuentes consultadas por Atlántico Hoy, los robos con violencia han aumentado considerablemente en toda la capital de Gran Canaria, pero especialmente en Pedro Infinito. “La zona está muy mal. Las personas mayores tienen que ir con los móviles y objetos de valor escondidos para que no se los roben”, asegura la dueña del local mencionado anteriormente. “Te los roban de las manos o del bolsillo posterior del pantalón”, especifica.
Los comercios chinos de la zona son los más castigados por la delincuencia, quizás porque son los que más variedad de artículos ofrecen. “Hace una semana robaron en tres tiendas el mismo día”, asegura una ciudadana china. “Una vez entraron con un cuchillo y se llevaron 300 euros”, puntualiza.
Billete falso
Otro ciudadano chino, que regenta un negocio a unos cien metros del anterior, sufre robos a menudo. Nos explica que hasta en dos ocasiones les han robado todos los cigarrillos electrónicos, entre 40 y 50 en cada ocasión y que han tenido que dejar de venderlos, pero eso no es lo que más angustia le da. “Ayer dos niños intentaron pagar con un billete de 20 euros falso”, afirma el empresario.
En la farmacia de María Teresa los robos son continuos. “Se llevan los geles de baño, los neceseres de niños, en general, se llevan todo lo que pueden”, explica Teresa. “No hay nada de policías, de seguridad, esto está muy dejado de la mano de Dios”, enfatiza.
Detenciones
Según esta trabajadora, en la farmacia no han entrado a robar con violencia porque saben que no tienen una caja registradora normal y no se van a poder llevar dinero. “Tenemos una máquina electrónica de seguridad”.
Fuentes policiales han asegurado que en los últimos meses han detenido a varios delincuentes habituales que actuaban en Schamann y que les consta que están en prisión, pero lo cierto que no parece suficiente para vecinos y comerciantes. “La ley es la que es y tenemos lo que votamos”, sentencia una de ellas.