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Las Palmas

Choques de costumbres nocturnos en Mesa y López: cuando unos duermen, otros hacen vida

El ruido de la vida nocturna de una porción de la vecindad ha llevado a que la otra se queje

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Un taxi circula por Mesa y López, en Las Palmas de Gran Canaria. / Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

La convivencia puede ser algo que a veces se hace cuesta arriba, sobre todo cuando cada persona tiene una forma distinta de hacer las cosas y las costumbres no son las mismas. La variedad aporta valor; sin embargo, en ocasiones, las diferencias pueden llegar a chocar. Esto es lo que está pasando entre los vecinos y vecinas de la zona de las ramblas de Mesa y López.

Con la peatonalización de la zona, la vida humana se apoderó de las calles para relegar a los coches a las calles traseras. Los jardines decoran las calles, las familias pasean y los más pequeños juegan y corretean. La ciudad para la ciudadanía. Pero en esta amplia ciudadanía que caracteriza a Las Palmas de Gran Canaria, parte de ella posee costumbres diferentes. Es el caso de la población de origen marroquí, por ejemplo, que tiende a hacer más vida por la noche, lo que está chocando con la otra parte de la gente que vive en el barrio capitalino que, por el contrario, a partir de la noche se retornan a sus casa para dormir. El ruido de la vida nocturna de una porción de la vecindad ha llevado a que la otra se queje. 

Diferentes horarios

Algunos vecinos y vecinas de Mesa y López cuentan a este medio los “problemas de convivencia” que se están produciendo en el barrio debido a la diferencia horaria entre algunas personas de la vecindad. 

“Casi todas las noches, hay una parte de la población que hace vida por la noche.” - relata uno de los vecinos - “Los niños se ponen a jugar a la pelota en la calle por la noche y eso termina molestando a la hora de descansar”. 

Este vecino cuenta que las peleas no son habituales, ese no es el problema, fuera de lo que se pudiera pensar. Se trata más bien de un choque de horarios. “Por la noche los ruidos se magnifican”, asegura. Es el silencio nocturno el que hace que los gritos, juegos y correteos infantiles se amplíen y cuelen por las ventanas de quienes, a diferencia de estas familias más adaptadas a hacer vida cuando se pone el sol, se encuentran en sus dormitorios con el objetivo de descansar para afrontar el día siguiente. 

“El ruido comienza como a las once de la noche que es cuando salen las familias a estar en la Plaza España con los niños con la pelota y los patinetes, y no puedo dormir”, señala un residente de la zona. Una frase que resume estos choques que no vienen fundados de malas intenciones sino de unas diferencias que no han encontrado un punto de encuentro en los horarios de la vecindad. 

Otros problemas

El barrio de Mesa y López tiene otras preocupaciones más grandes también en la cabeza. Es el caso de la suciedad, un tema que persigue a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. “Es triste salir a la calle para ir a trabajar y encontrarte con la basura fuera de los contenedores o las bolsas vacías del McDonald 's por ahí”, lamenta. 

Y a esto se suma la falta de señalización de la zona, que al pasar a ser peatonal ha cambiado la ruta de los vehículos. “Algunos coches, como taxis o de gente turista, se meten por aquí y es un problema estar ahí con tu hija y que de repente aparezca un coche”, indica el vecino, que pide que se refuerce la señalización para que no haya despistes y se respete el espacio del peatón en las vías.