La playa de Las Alcaravaneras amaneció este martes igual que la noche anterior. O, lo que es lo mismo, con la prohibición de meterse en el mar. La razón que ha puesto contra las cuerdas la seguridad de quienes decidan bañarse allí es la presencia de la bacteria de enterococo intestinal. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria decidió llevar a cabo el cierre tras una notificación de la Dirección de Salud Pública del Gobierno de Canarias.
Durante la mañana de este lunes el Ejecutivo regional tomó algunas muestras de las que se conocerá el resultado en las próximas horas. Mientras, entrar en el mar no es nada aconsejable. Pero algunas personas, fruto del desconocimiento, decidieron darse un chapuzón este martes y así huir del calor que aún azota a la capital grancanaria. “No sabía que estaba prohibido”, afirmaron varios a Atlántico Hoy al salir del agua.
"Hay que tener cuidado"
Francisco cuenta a este medio que desconocía la prohibición porque no había visto ningún cartel informativo que lo advirtiera, pero tras conocer la noticia aseguró que lo mejor sería no volver a meterse porque “hay que tener cuidado”.
Es cierto que el Consistorio colocó una valla de la que cuelga una lona con un mensaje claro: “Prohibido el baño temporalmente en esta zona”. Pero él por la entrada que llegó Francisco, la que conecta la playa con el Club Náutico, no había nada. “Yo llegué por ahí”, indicó el hombre mientras señalaba la zona.
"¿Eso es una enfermedad?"
Una pareja de jóvenes que, según dijeron a este medio, habían entrado por el mismo sitio, se quedaron estupefactos al ser preguntados por qué habían entrado al mar a pesar de que no está permitido. “¿En serio? ¿Por qué no se puede?”, preguntó la chica a la vez que salía del agua. “¿Eso es una enfermedad?”, exclamó preocupada tras enterarse de la presencia de enterococos. “Nos acabamos de enterar”, apostilló él.
Otro hombre que hablaba con su acompañante mientras tenía los pies en la orilla resaltó que tampoco tenía conocimiento. Aunque parecía no importarle mientras no hubiera algún agente de seguridad por los alrededores. “Si no hay un policía que me diga algo, me seguiré bañando”, sentenció.
El papel de los socorristas
Dos socorristas de Las Alcaravaneras que estaban en su caseta este martes por la mañana declararon a este periódico que ellos no tienen competencia para echar a nadie del agua. “Nuestra tarea es informar a los bañistas de lo que está ocurriendo”, afirma uno de ellos. “Solo ayer informamos a unas 60 o 70 personas que vinieron a preguntarnos”, añadió su compañero.
El cierre ha generado reacciones políticas como la de Jimena Delgado, del Partido Popular (PP). “No solo el gobierno municipal es incapaz de atender y dotar de más servicios a nuestras playas sino que además suspende en lo más básico, que es mantener la calidad de las aguas de baño”, ha denunciado la edil.
Cierre en La Puntilla
“Ese plan de acción podría haber ayudado a los actuales responsables municipales a tener una hoja de ruta de cómo afrontar problemas graves que padece nuestro litoral, que era justo nuestra voluntad, en la línea de mano tendida que ya anunciamos”, ha añadido Delgado.
La playa portuaria no es la única cerrada al baño. La Puntilla, en Las Canteras, también lo está desde la tarde de este martes por la misma razón. Se ha detectado una presencia "ligeramente elevada" de enterococos intestinales, de 260 UFC (unidades formadoras de colonias) /100 mililitros, cuando el límite óptimo de calidad del agua está establecido en 200 UFC/100 ml. En Las Alcaravaneras se alcanzaron los 300.