El ayuntamiento recula: "El piche en la ermita de San Nicolás es sólo una medida de urgencia"

Carlos Díaz, concejal de Vías y Obras, se reúne con vecinos del Risco, que también se quejaron por el material defectuoso utitlizado para acondicionar unas escaleras en la calle Real del Castillo

M. Alonso

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El concejal de Obras y Vías, Carlos Díaz -tercero por la derecha-, atiende las quejas de los vecinos del Risco de San Nicolás. / AH
El concejal de Obras y Vías, Carlos Díaz -tercero por la derecha-, atiende las quejas de los vecinos del Risco de San Nicolás. / AH

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de su concejal de Obras y Vías —Carlos Díaz— empieza a recular tras una realizar una polémica intervención en el entorno de la ermita de San Nicolás de Bari. En lugar de reparar la zona con adoquines, operarios contratados por el consistorio taparon una zona protegida con piche, acción que ha provocado el malestar de los vecinos del Risco. 

Díaz, que apareció por el barrio acompañado por Julio Suárez —exjugador, entre otros, de la UD Las Palmas y Real Madrid y que ahora ejerce como asesor de Carolina Darias en la alcaldía—, explicó que la medida se tomó de urgencia, pero que no es definitiva. La idea del ayuntamiento es rehabilitar el lugar con adoquines similares a los que rodean la entrada de la iglesia en las calles Álamo y Real del Castillo.

Escaleras, en la calle Real del Castillo, que empiezan a descascarillarse días después de su revestimiento. / AH
Escaleras, en la calle Real del Castillo, que empiezan a descascarillarse días después de su revestimiento. / AH

Los vecinos también plantearon una queja al concejal por el material utilizado para acondicionar unas escaleras en la calle Real del Castillo —mortero que ya está descascarillado y ha llenado de arena la zona—, la ubicación de dos contenedores para reciclaje junto a una de las paredes de la ermita —cuyo techo es de madera— y el abandono general del barrio —con especial atención a una casa que sufrió un incendio —por un fuego que se propagó al arder un contenedor— en la plaza donde se levanta la fuente del Risco.