Hoy, para la Asociación de Jóvenes Empresarios de Canarias, es un gran día. Hemos entrado a formar parte del Comité Ejecutivo de CEOE Tenerife para aportar y aprender generosamente, del sector empresarial de la provincia.
Parece que fue ayer cuando, junto a muchas personas comprometidas, asumí la responsabilidad de mejorar el rumbo de un colectivo tocado por los personalismos y sin proyecto a largo plazo.
Recuerdo las charlas interminables con Sheila Trujillo, actual presidenta de AJE Tenerife, donde, no siempre con el mismo criterio, buscábamos la manera de poner en marcha iniciativas reales que mejorasen la calidad de vida de la juventud empresaria.
Pasar a la acción, hacer que las cosas sucedan, nos repetíamos una y otra vez mientras fantaseábamos con una comunidad unida, una tribu que quisiera luchar por mejorar su representatividad. Un lugar donde sentirnos cómodos entre iguales para compartir experiencias o pedirnos ayuda. Una fantasía, que, con mucho esfuerzo y cariño, se ha hecho realidad.
Decía que era un gran día para nuestra organización, y no quiero que me mal interpreten. No estoy contento porque haya recaído en mi persona este nuevo cargo, o por el simple hecho de formar parta de esta estructura superior. Lo estoy porque estamos consiguiendo demostrar que tenemos mucho que aportar, porque queremos evolucionar y cambiar cosas y lo que queremos hacer con propuestas reales, con acciones concretas que nos permitan existir. Vamos a hacerlo desde el cariño y el convencimiento de que estamos preparados para asumir los grandes retos que Canarias necesita y que no se podrán lograr sin el poder transformador de las empresas.
Aprendiendo a ser humildes
¿Saben lo que significa el dicho “entró como un elefante en una cacharrería”? Pues así fue como empezamos cuando llegamos. Creyendo que éramos los más listos de la clase y que teníamos las soluciones a todos los problemas del mundo. Nos equivocamos, sobre todo yo.
No sé si fue por la energía y el ímpetu con el que llegamos, debo reconocer que nuestra actitud fue demasiado reaccionaria, y esto no era lo adecuado. En alguna ocasión me ha tocado pedir disculpas y aún me quedan algunas otras por pedir.
Es curioso que una persona como yo, que se pasa la vida explicando que existen muchos puntos de vista, perdiese a veces la visión espacial, pero gracias al cariño de muchas personas que nos han asesorado bien, creo que ahora entendemos que el trabajo que hay que hacer requiere paciencia, empatía, mucha sensibilidad y apertura mental. Hemos desarrollado todos estos super poderes y esto nos ha hecho mejorar un poco. Y a pesar de que a veces nos puede el carácter, estamos aprendiendo a ser humildes.
Lo importante es lo más importante
En estos años de aventura, he llegado a la conclusión de que perdemos mucho tiempo en cosas que no son importantes. El me dijo, aquel opina, y mientras tanto, la vida pasa, y lo verdaderamente importante está sin hacer.
Crear un sistema educativo que prepare a la gente para ser parte de un mercado laboral, ya sea por cuenta ajena o propia, de la mejor manera. Mejorar la opinión del sector empresarial entre la sociedad y crear un nuevo modelo de empresa líder y transformadora, que forme parte de los retos del presente y futuro de las personas son las cosas importantes.
Mientras sigamos en otros menesteres no tendremos bien afinado el foco, y esto es una mala noticia para toda nuestra comunidad empresarial. Supongo que lo han entendido perfectamente.
Yo vengo de una fusión de todas las asociaciones de jóvenes empresarios de Canarias y créanme si les digo que no fue una tarea fácil, pero les aseguro que nada de lo que es hoy AJE en esta región habría sido posible sin esto. Muchas buenas personas, y propósito común y, sobre todo, entender que, lo importante es lo más importante.
Repetir en Gran Canaria, felicidades, Pedro Ortega y muchas gracias, Agustín Manrique.
Recuerdo cuando me eligieron presidente de AJE Canarias, que uno de mis primeros almuerzos, fue con Agustín Manrique de Lara. Como presidente de los empresarios de Las Palmas, tuvo la deferencia de escuchar mis fantasías y, sobre todo, de ofrecerme una cara amable en el camino. Me dio algún que otro consejo valiosísimo y la pasada semana, que estuve en un acto empresarial de la Fundación CEOE, donde despedían a Agustín con el cariño que entiendo que ha cosechado a lo largo de estos años, me di cuenta de lo afortunado que he sido teniéndolo cerca en todo momento. “Menudo tipazo”. No sólo me pareció un acto emocionante, sino que sentí la necesidad de copiarle un poco. Me gustaría a lo largo de mi etapa como presidente, ser lo suficientemente útil y cariñoso como para que mis compañeros y compañeras me recuerden con ese mismo cariño. Gracias Agustín por ser un espejo en el que verme reflejado.
Comienza una nueva etapa en la Confederación Canaria de Empresarios donde Pedro Ortega asume el liderazgo. Mi petición especial es que nos dejen existir, que se nos tenga en cuenta para ayudar, de manera entregada y generosa, a toda la comunidad empresarial. No es una cuestión de poder, ni de puestos ni de cargos. Es que, como presidente de AJE, me corresponde dignificar la figura de nuestro colectivo, trabajar porque se nos reconozca y que podamos seguir construyendo conjuntamente la Canarias que nos merecemos. Mi petición, presidente, es que nos ayudes a devolver la esperanza a la juventud de nuestra tierra. Es que nos ayuda a trabajar, para que las cosas sucedan.
Cambiar las cosas desde dentro
Hoy es un día para la reflexión. Desde AJE estamos convencidos que la mejor manera de cambiar las cosas, de reprogramar el sistema, es trabajando duro y demostrando que somos personas de bien, sin segundas intenciones, y a la que nos preocupa el interés general.
Queremos ayudar, como decía al principio, proponiendo y aportando valor. Sin duda aprender de los que han recorrido el camino, y proponiendo nuevas ideas. Estamos listos e ilusionados para formar parte de “los tiempos que vienen”.