Recuerdo perfectamente aquellos tiempos en los que el recordado periodista gastronómico Caius Apicius (Cristino Álvarez) me confesaba en una entrevista que a Canarias, a Tenerife, él venía a “comer bien”. Aunque, con una severa apostilla: “Corre el peligro, si no se avanza, que esto sea solo flor de un día”.
Apostaba el querido amigo veterano y colega de profesión por el potencial gastronómico canario, en general, y el tinerfeño en particular a la hora de crecer no ya hacia una cocina emergente sino a un destino gastronómico en toda regla como actualmente ya  podemos palpar. No obstante, no nos llenemos la boca con fastuosos adjetivos. Hay que seguir trabajando en todos los ámbitos implicados para mantener lo conseguido hasta hoy.

Vamos sumando. El Cabildo de Tenerife, a través del área de Turismo, intuyó hace ya tiempo la relevancia de la formación en su más amplio sentido y la eficacia de la misma firmando un convenio con el Basque Culinary Center, uno de los grandes bastiones académicos de la Gastronomía en todo el planeta.

Significa esto una apuesta por la serie de acciones que abarcan  vivencias formativas relacionadas con el talento existente en Tenerife y la mejora exigible de dicha formación en el sector gastronómico a través de la marca “Tenerife, despierta emociones”. El vicepresidente y consejero de Turismo, Lope Afonso, informó estos días que se invertirán 1,2 millones de euros, en el período 2025-2028, tras el acuerdo con el Basque Culinary Center para “impulsar la excelencia del sector gastronómico de la isla mediante un completo programa de formación dirigido al talento profesional, así como de la innovación y la promoción de la cocina de Tenerife”.

Este proyecto se desplegará a través  de estímulos que se dirigen a docentes y alumnado en estas materias específicas y teniendo en cuenta las acciones promocionales con la meta de promover, entre otros valores, los géneros de cercanía.

Está claro que el horizonte parece ambicioso y esta punta de lanza supone, por tanto, un paso de gigante hacia la consolidación de la estructura gastronómica y con sustancia como para que esta isla se posicione entre los mejores destinos gastronómicos.

Algo, la excelencia, por lo que se ha luchado durante muchos años.