Fran Belín./ CEDIDA

Opinión

Tapones enganchados, mucho mejor que "cuello de botella" en los mares

Periodista

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Hace unos días vi a una persona realizando un escorzo imposible para beber de una botella de plástico. La razón, el ecodiseño que obliga desde julio ha mantener unido el tapón a la botella para que juntos vayan al contenedor de reciclado y no cada uno por separado, ya me entienden.

Podemos intuir que muchos de esos tapones terminan en los ecosistemas marinos, algo sabido y constatado de sobra, y al menos de esta manera se contribuye a aminorar tales agresiones al Gran Azul, a ver si podemos rescatarlo de las garras de la basura. Desde el 3 de julio de 2024, botellas o briks de hasta 3 litros tendrán que quedar enganchados al resto del envase.

Los fabricantes han tenido que adaptarse, como es lógico, y ahora cualquier botella mantiene esa rosca en plan "cordón umbilical". Toca también a los consumidores aceptar un mecanismo que en cierto modo complica el hecho de beber y ya he visto algunas personas arrancándolo como pueden para que no le entorpezca el trago. Con esto, evidentemente, no adelantamos nada; ya hemos dado por bueno con estos artículos que los pequeños gestos valen tanto como las grandes políticas medioambientales.

Que nos encontremos con la "dificultad" de un tapón adherido a la botella tiene, además remedios. Los termos tan de moda para hacer ejercicio o llevarnos hidratación para caminatas o a la playa bien sirven en uno de los empeños de tales normas. Solo vaciar el envase y botella y tapón al contenedor que le corresponde.

Acciones de sentido común para que todo ese plástico no termine diseminado en las playas, en el campo o las calles como bien podemos ver en abundancia en muchos lugares. Unas veces por descuido y también por aquellos-as a los que poco importa la más mínima condición de ser humanos limpios con nuestros entornos. Como reza el título, mejor esa tapa enganchada que el cuello de botella al que estamos sometiendo a mares y océanos.

Materiales de polietileno (o PET y el polipropileno) están desarrollados para ser convenientemente reciclados; las plantas de separación permiten un cribado por tamaño: si el tapón va vinculado todo será más fácil.

Vamos a acostumbrarnos. Solo hay que girar en sentido contrario a las agujas del reloj hasta escuchar el sonido característico. Podremos recordar que las latas de refresco o cerveza tenían una anilla que ahora queda fija desde hace años. No pasa nada: nos hemos acostumbrado perfectamente.

Todo va dirigido a la salud marina y, por tanto, la nuestra. Precisamente en el reciente congreso Encuentro de los Mares celebrado en Tenerife se ponía énfasis en ese cuidado en la conservación del arcón que puede garantizar la alimentación de la humanidad. "El pescado, fuente de felicidad" fue la línea argumental de una de las ponencias del foro especializado.

En este sentido, la Asociación de Organizaciones de Productores PESCA ESPAÑA promociona las bondades del pescado y destruye sus falsos mitos para levantar un alarmante descenso de consumo.

Javier Garat, su presidente, alertó que según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se estima en un 32% el bajón de consumo de pescado en los últimos 10 años. Garat  no comparte los augurios catastróficos que se atribuyen al sector pesquero. “Según los últimos datos de la FAO, el 62% de los stocks se gestionan de forma sostenible, y el 77% de las capturas desembarcadas proceden de stocks gestionados de forma sostenible. Aunque existe margen de mejora, creemos que son datos positivos”, argumentó.

"Los que viven del mar no destruyen el mar”. enfatizó el experto a la vez que subrayó lo que debería ser la estrategia “es conseguir el equilibrio entre la conservación de la biodiversidad marina, el uso sostenible de nuestros recursos naturales y la seguridad alimentaria para devolver el valor a la pesca y reconquistar al consumidor y a las instituciones”.