CON CÚRCUMA RADIO
A la viajera/viajero le entra el fulgurante embeleso ante los ocres-naranja de Tindaya (Fuerteventura) y se sobrecoge frente al paisaje lunar de Izaña (Tenerife); se pondrá en las botas de los-as que se animan a hollar las arterias en la prodigiosa trashumancia de Gran Canariao muestra su perplejidad con la destreza del ‘morineador’ herreño en Los Altares.
No menos sorpresa expresará siguiendo el zig-zagdel pastor gomero entre peñascos de La Fortaleza y experimentará la placidez curioseando en los charcos de los intermareales en La Graciosa;apresurará el paso para abarcar –si es que puede- los montes de Garafía, en La Palma; también esperará el momento propicio para sentarse con un malvasía reparador mientras saborea la quietud de La Geria, en Lanzarote.
Naturaleza, paisaje, ecosistemas, hábitats, autenticidad… suenan a #hastags pero no lo son. Constituyen legado, patrimonio, vida futura, identidad… Y el viajero/viajera, tanto como los-as habitantes de las 8 Islas, desean que esto perviva intacto para la eternidad, para disfrute de futuras generaciones.
Quizá ya lo estén adivinando. Cuando está arrancando este nuevo año, los-as gurús de la gastronomía se aventuran a todo tipo de análisis y premoniciones de lo que pueden ser -o serán con toda seguridad- las tendencias en materia coquinaria y en hábitos nutricionales. Sin ir más lejos, enero es el mes del Congreso Madrid Fusión, encuentro internacional en el que, por supuesto, se lanzan los ‘dogmas coquinarios’ que veremos florecer a lo largo de los próximos meses.
Puchero en plenos hervores en el stand de Tenerife de Madrid Fusión | Francisco Belín
Pero, no hace falta ser Greta Thunberg, la adolescente activista sueca del medio ambiente, para intuir, cada uno-a, que para los terruños canarios y el planeta en general estamos ‘coqueteando’ con el punto de no retorno del cambio climático. Así que parafraseando lo del “ser o no ser” de Sahakespeare en el título, cualquier tendencia que se pueda esbozar quedará ensombrecida por la más evidente: LA SOSTENIBILIDAD.
El viajero/viajera de nuestro preámbulo necesitará llenar el estómago y la alforja. Dará cuenta con deleite, entonces, de una sabrosa cazuela de pescado cerca del faro majorero de Jandía; descubrirá la fuerza de unas tinas de gofio y carne-cochino camino a Vilaflor; se ‘pondrá las botas’ con quesos de flor y almendras en Tejeda. El festín también aguarda con el potaje de berros en Arure o unas garbanzas portentosas en Tinajo, además del pescado fresco graciosero. A lo mejor disfrutará, sin necesidad de alicorarse, con un vino de verijadiego de El Hierro y rematará con un goloso príncipe Alberto en la Isla Bonita.
Cada vez más el consumidor se preocupa por lo que come, de dónde viene; se lee, se escribe y se fotografía más que nunca acerca de gastronomía; esa inercia debe ser aprovechada para mejorar el destino canario, los entornos y el producto de cercanía. Las canarias-os, al igual que los viajeros-as, no deben tirar la toalla en la labor de apuntalar la sostenibilidad porque cualquier otro esfuerzoen el cuidado del patrimonio sería en balde.
Frutas exóticas | Francisco Belín
“Nos enfrentamos como especie a los desafíos medioambientales de la actualidad y a los que el sistema turístico convencional no puede ni debe ser ajeno. Pero, parece evidente que no se puede parar todo el sistema hotelero y cambiarlo de golpe; por ello debe ponerse el acento en que la ‘sostenibilidad’ se ha de ir incorporando a la planificación del sector para trabajar en la línea del respecto a la cultura y el entorno del destino”. Se trata de una de las conclusionesdel II Congreso de Periodistas y Escritores Gastronómicos (IFWM 19) celebrado a finales de 2019 en la Villa de Teguise (Lanzarote).
La sostenibilidad no es una tendencia, es una forma de vivir y una puesta en valor del esfuerzo de las mujeres y hombres del campo y la mar, de los establecimientos de restauración y hotelería en el cuidado del medioambiente. También, poner el acento cuando no existe ninguna intención en este sentido.