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Opinión

Sandra Rodríguez, profesora de Flauta Travesera de La Laguna, ha superado con su música el confinamiento

La Escuela de Música lagunera no ha guardado silencio durante el Covid-19. Sandra Rodríguez, profesora de Flauta Travesera, es un ejemplo de ello, como cuenta en esta entrevista.

9 minutos

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El coronavirus no ha sido capaz de silenciar la Escuela de Música de La Laguna. Sandra Rodríguez, Profesora Titular de Flauta Travesera de este centro municipal es una clara prueba de ello. Ella ha cumplido con el "#QuédaTeEnCasa", y sus alumnos y alumnas también. Al otro lado de la pantalla de su ordenador y sirviéndose de las plataformas virtuales existentes y de las redes sociales, ha seguido haciendo lo que más le gusta "amar la música desde mis labios, y corazón, y sentir la travesera". Como ella nos ha contado a través de esta entrevista por videollamada, sus alumnos no solo han aprovechado las clases, sino que se han enriquecido musicalmente, y "me han enriquecido a mí, viendo que crecen musicalmente, y que se incrementa su amor por la música". La vida de Sandra Rodríguez es la música, que la ha convertido en un elemento más de su vida, incluso de su familia. Ella, Titulada Superior en Flauta por el Conservatorio Superior de Música de Canarias, no ha dejado que el Covid-19 silencie lo que más le gusta hacer, enseñar música, como nos cuenta ahora.

-¿Cómo afrontaste los primeros momentos, como docente, esta crisis del coronavirus?
-"Esta pregunta me resulta interesante, ahora que lo pienso, creo que no reaccioné sino más bien actué por instinto. Tenía claro que tenía que seguir con mi actividad, que en alguna medida, los alumnos también iban a necesitar de su clase de música y de encontrar al menos unpilar, ante esta tormenta, en pie. No sabes cómo enfrentarte, simplemente te sientas e intentas formar un esquema en tu cabeza para continuar con tu labor. No estamos preparados, pero somos docentes y eso también incluye ser valientes, enfrentar dificultades y plantear con coraje estrategias para seguir.

Pensé en la forma de mantener la comunicación y con las tecnologías que tenemos a nuestro alcance, un ordenador, una tablet, un móvil, todo podría ser útil y posible. Aunque también me preocupó el hecho de la seguridad o posibilidades de cada alumno o familia. Creo que me pasé toda una tarde buscando una plataforma online segura y de fácil acceso, esta combinación es difícil, pero gracias a Google encontré la alternativa de Hangoust y se lo propuse a los padres, madres y alumnos. Hay que tener en cuenta que cuando te enfrentas a una crisis así, sin precedentes, no tienes una referencia para actuar, todo debe ser rápido, seguro y global. Es difícil, no estamos preparados, ni como profesores, ni como personas. Encontré mucho apoyo en las familias de mis alumnos para poder poner todo a funcionar rápidamente con estos nuevos cambios.

Sinceramente, todo pasó tan deprisa, o al menos eso recuerdo, que pensarlo ahora me lleva a la conclusión de que tenemos el poder de improvisar y solucionar grandes problemas sobre la marcha y más cuando encuentras apoyo y ayuda de las personas que trabajan contigo, profesores, dirección del centro, ayuntamiento, etcétera. De forma docente, como profesora, creo que también es importante esta parte de poner primero que nada el seguir con la enseñanza, sea como sea, así sea por señales de humo o cartas ordinarias. Es la urgencia de seguir enseñando".

-¿Se puede decir que te has llevado la Escuela de Música de La Laguna a tu casa?
-"Me he llevado la escuela en peso. En el primer momento que solo se plantearon 15 días, agarré entre mis brazos todos los libros que pude, los que consideraba más importantes y los que creí podrían ofrecerme una ayuda secundaria. De repente mi habitación es mi clase, con libros, atril, instrumento, metrónomo, afinador, todo lo que necesito lo tengo. Mi ordenador ahora es mi espacio de clase. Echo de menos mis fotos de antiguos alumnos colgadas en la pared, pero eso no me lo podía traer. Mis hijos se han ocupado de decorar mi pequeño espacio con dibujos. Pero también creo que la Escuela de Música de La Laguna, va en nosotros, somos la escuela, camina con nuestros pies, vive en nuestras casa. No me costó cambiar mi clase por un espacio en mi casa, ese espacio ya estaba, solo necesitaba ajustes".


-¿La música puede decirse que ha sido un descubrimiento para gran parte de la sociedad, durante este confinamiento? ¿Qué crees?
-"La música creo que ha emergido en este confinamiento más que ser descubierta, nos hemos percatado que no hay soledad si hay música. Vivimos en un mundo, o vivíamos, mejor dicho, en un mundo ruidoso de información y tecnología. De repente, de forma obligada nos hemos quedado en silencio y hemos empezado a escuchar la música que ha brotado de nosotros mismos. No creo que la hayamos descubierto, creo que por fin la disfrutamos, sin prisas, con todos nuestros sentidos puestos en ella. Ahora tenemos la oportunidad de estudiar con más tranquilidad, de tocar, y disfrutar tocando. Buscar qué obras nos gustan más, qué estilo y hasta qué se nos da mejor. Algo sí he descubierto. De forma particular sí que disfruto y me lleno de orgullo, viendo como los alumnos investigan partituras, escuchan y hasta intentan hacer disfrutar a sus familiares con la música que ellos ejecutan lo mejor posible… (la emoción brota, y guardamos un pequeño silencio)".


-Has creado conciertos con tus alumnos semanales, ¿has notado que utilizan la música como una válvula de escape? ¿Es propicia esta situación para eso?
-"Los conciertos con los alumnos son una fuente de energía para mí, hablando de forma egoísta, y veo que para ellos también. Ver sus caras y escucharles superarse, vivir esa única oportunidad efímera que te da la obra, de ser por un momento el que interpreta, no perder ese vínculo entre nervios, emoción y disfrute, es adrenalina, para todos.

La música siempre ha sido una válvula de escape. Bueno, el arte en su totalidad es una gran válvula de escape de nuestros pensamientos e ideas. La música les ha ayudado a organizarse, a centrar sus pensamientos, a mantener una rutina de estudio, de conexión con ellos y con los demás, de expresión. Han aprendido que el instrumento que tienen en casa les sirve para expresar y soñar, imaginar una historia mientras tocan, jugar a que quizás estamos en un gran teatro y todos nos aplauden. Vivir a través de la música en general y con su instrumento en particular un viaje artístico que va in crecendo en la medida que lo practican. Más que escapar es crear un pequeño mundo envidiable para quien lo ve desde fuera y que llena de completa felicidad a quien lo esta viviendo dentro".

-¿Qué papel han jugado las familias en toda esta nueva situación para seguir llevando tus clases de flauta travesera hasta los hogares de cada uno? Nos lo puede explicar.
-"El papel de las familias ha sido fundamental, sin ellos nuestro trabajo no hubiera sido posible. Es impresionante con qué facilidad pusieron todos los medios a disposición de continuar con la comunicación. Yo siempre cuento con la opinión de padres y madres, ademas de la de los alumnos para llevar a cabo cualquier proyecto que no esté bajo la rutina de la escuela. Poder contar siempre con el respaldo y el apoyo de los mismos, y en este momento también, me hizo sentir menos estresada. Me ayudó a concentrarme mejor en las nuevas experiencias que íbamos viviendo. Las familias son pilares fundamentales de nuestro trabajo. Los niños y niñas vienen a nosotros con una inquietud de aprendizaje que por momentos es frustrante o suele traer complicadas vivencias, nervios, conciertos, errores y son las familias las que viven las consecuencias de estas experiencias, apoyando a sus pequeños artistas con aplausos o abrazos o besos. Todo esto se hizo muy evidente cuando necesité que me abrieran las puertas de sus casas a través de una pequeña pantalla. Fue inminente y sin titubeos, esto se agradece muchísimo, nos sentimos valorados.

Somos conscientes que muchas familias no cuentan con las posibilidades económicas o técnicas para mantener una comunicación fluida. Aun así, los padres y madres han tenido a bien mantener el envío de mensajes vía Whatsapp o correo electrónico con vídeos o notas de audios, así como la disposición de copiar o fotocopiar las partituras que se les envían. ¿Qué hubiéramos hecho los profesores si no contamos con este apoyo y voluntad de las familias? Es un puerta cerrada y no tenemos acceso, son nuestros aliados en la educación y aprendizaje de sus hijos e hijas, No tenemos palabras para agradecer su ayuda".

-¿Has encontrado posibles nuevas experiencias de esta forma, en la que incluso tus alumnos puedan llegar a tocar para otras escuelas virtualmente?
-"Sí, no podemos desechar la posibilidad de escuelas virtuales a partir de ahora, y saber que mis alumnos puedan participar de ellas querrá decir que ademas de haber aprendido a interpretar un instrumento, han perdido el miedo a enfrentarse a la cámara, a otros públicos y de otras maneras. Ese también es un trabajo pedagógico que estamos llevando a cabo en esta nueva perspectiva de trabajo, con grabaciones de las obras que están estudiando, donde aprenden a verse y a escucharse, corregir sus errores, ser autocríticos.

Ponerse delante de una cámara para ejecutar una obra es algo difícil. La experiencia de grabarte sin los medios adecuados e intentar que quede bien, también es difícil. Si logramos que puedan aprender a hacerlo y mostrarlo, creo que da por demostrado que estamos haciendo bien nuestro trabajo. Si así ayudamos a que nuestros alumnos puedan compartir su música o aprenden en otras escuelas que vayan surgiendo virtuales, creo que damos por bueno nuestro trabajo, ya que lo importante es darles recursos, herramientas para un mejor aprendizaje".


-¿Han practicado también en conjunto? Nos puedes comentar también esta maravillosa experiencia, tocar en conjunto de travesera por videollamada.
-"Tocar en conjunto en videollamada ha sido en un principio un poco frustrante, en la medida que el alumno aprende, el profesor también aprende. Esto no debemos olvidarlo, e íbamos aprendiendo sobre la marcha, qué era o cómo era mejor. Las primeras veces íbamos con retardo, se escuchaba eco, no conocíamos bien los recursos que teníamos, ni su funcionamiento. Gracias a las experiencias de otros profesores o de padres y madres, que también utilizaban los mismos recursos, fuimos mejorando esta practica. Hemos logrado hacerlo solamente a dúo, la posibilidad de que sean más las seguimos experimentando. La flauta es un instrumento con muchísima vibración sonora y se necesita de una distancia al micro o una insonorización adecuada para poder conseguir un buen sonido en conjunto. Esto hace que el alumno o alumna reubique su lugar de estudio, su ordenador o tableta.

Ahora estamos intentando grabar y montar un vídeo en diferentes formatos y conjuntos de flauta. Espero aprender a editar de forma simple para obtener un buen resultado final y que el esfuerzo que hacen los estudiantes, en grabarse repetidas veces para que salga una buena imagen y sonido, quede plasmado.

-¿Estás preparada para el próximo año, quizás tener que acoger la formación de flauta travesera a través de enseñanza virtual o semipresencial?
-(Sonríe). "Preparada estoy para aprender cada día más de esa nueva experiencia e investigar e incluso aplicar los nuevos procedimientos que puedan surgir. Me preocupan las consecuencias de una enseñanza musical virtual, necesitamos escuchar el instrumento, corregir posturas, observar de cerca que el alumno o alumna respire adecuadamente, que su embocadura esté correcta. Esto no lo logramos completamente a través de una cámara, pero habrá que buscar nuevos medios pedagógicos para poder enfrentarnos a ello. Soy de las que apuesta por una enseñanza semipresencial, que pueda haber un seguimiento virtual, pero creo que al menos una vez el estudiante debería tener contacto con el profesor de forma viva, poéticamente hablando.


La Escuela de Música es un lugar donde diferentes niños y niñas, adolescentes y adultos, se reúnen para aprender y compartir una inquietud que tienen en común. Se crean grupos, nacen amistades, se conocen y se hablan. Puedo asegurar que son amistades que duran años y siempre mantienen lo que en un principio les unió, que es la música. Un aula virtual o una enseñanza virtual debe, a mi entender, mantener ese vínculo, recordando siempre que les une, por eso una vez cada quince días me gusta reunirlos a todos un ratito, aunque sea por la pantalla, para que se vean y disfruten tocando juntos, se apoyen, se aplaudan y compartan sus experiencias, al final yo salgo de la llamada y ellos continua conversando de sus cosas o compartiendo partituras, saber que esto sucede me alegra, quiere decir que a pesar de las circunstancias sigue estando latente la pasión que sienten en común.

Me da respeto el futuro, estamos creando sin querer una escuela que no está hecha y la vamos a construir nosotros con la ayuda de nuestros alumnos y alumnas".

-Ahora tres preguntas cortas y respuestas cortas, para el cierre de esta entrevista. Antes de irnos, gracias en nombre ATLANTICOHOY.COM y de EduKando, por el esfuerzo que has hecho para recibirnos virtualmente.

-¿Qué te llevas de positivo de los oscuro que haya podido darnos esta pandemia?
-(Se emociona). "La fidelidad y cariño de mis alumnos".

-¿Sientes que la música ha volado todavía mucho más?
-"Sí, y aún le queda".

-¿Has sido feliz con las sonrisas de tus alumnos ante la satisfacción de poder seguir ofreciendo música?
-(Sonríe y nos contagia esa sonrisa)."Sí, por supuesto. Y estoy segura de que ellos y sus familias, entienden que con la música, se logra, ante todo, felicidad. Gracias a ATLANTICOHOY.COM y a tu página EduKando también por la gran labor de difusión que están haciendo. Espero que pronto nos podamos ver en la Escuela, presencialmente, otra vez".