En esta luminosa mañana, donde casi parece que ha llegado ya la primavera, el cartero me ha traído una buena nueva (y mira que cuando recibimos cartas de ayuntamientos y demás nos echamos a temblar). En esta ocasión la misiva venía cargada de noticias agradables, al menos para una servidora.
La Comisión de honores y distinciones del Ayuntamiento de Güímar, lugar de donde proceden mis raíces familiares, han acordado, por unanimidad, concederme este año el galardón Marcador de plata del municipio por mi labor en pro de la cultura, a lo largo de los años.
No tengo que contarles la alegría que me ha invadido al recibir esta noticia, ¿verdad? En parte porque siempre es positivo que alguien reconozca tu labor, sobre todo cuando la misma esdesinteresada, y en parte por desmantelar la leyenda que dice que nadie es profeta en su tierra. Yo lo he sido siempre y este galardón viene a re-confirmarlo.
A lo largo del mes de abril, y en torno a la festividad del día del libro, se hará la entrega oficial y no dudes que ese momento también lo compartiré contigo.
Por hoy seguiremos trabajando en pro de la cultura desde la Asociación cultural canaria de escritores ACTE mientras el cuerpo aguante y más allá si fuera posible.Pero hoy toca brindar por mi Marcador de plata.
Mi agradecimiento a la corporación municipal de Güímar y principalmente a quien tuviera a bien incluirme en la lista de propuestos para este año. No puedo dejar de nombrar aquí y agradecer su apoyo incondicional de siempre a mi buen amigo Octavio Rodríguez, cronista oficial de toda la zona y primer prologuista de una novela mía allá por el siglo pasado. Un abrazo compañero de letras.