Malvasía es un término de por sí, por historia y por consistencia en el recuerdo vitícola, uno de los más evocadores que podamos encontrar. Por supuesto, asociado a etapas grandiosas de los Canary Wine en los trasiegos comerciales con Gran Bretaña.
Hoy vinculamos la Malvasía con la variedad de uva, aromática en el caso de Tenerife y La Palma, o volcánica, la que genera esos paisajes de Lanzarote, principalmente el impactante de La Geria. Precisamente en Lanzarote, durante el congreso Worldcanic al que asistí, unos de los más reputados sumilleres del mundo, Ferrán Centelles, que fue sumiller de El Bulli de los hermanos Adriá, nos abrió los ojos a los periodistas especializados acudiendo más allá de la visión romántica de esta uva que da nombre a vinos excepcionales.
¿Nombre de uva? Para Centelles malvasía es un término de una de las familias de uva más antiguas del mundo. El Wineissocial y Outlook Wine y una de las voces más influyentes en el mundo de la sumillería consideró que hundiéndose en la historia se trata de una “una uva que no existe” pues manda la heterogeneidad de las variedades que abarca”.
Antecedentes
Los antecedentes se encuentran en el siglo XV con elaboraciones anteriores al Imperio Otomano. Así el Malvasía, más que una uva, se podía clasificar entonces uu estilo de vino que “se empezó a replicar en otras zonas del mundo, como por ejemplo Cádiz”.
En la carta de un restaurante de 1830 ya se registran referencias a este tipo de vino, insistiendo en que malvasía no es una uva sino "un nombre genérico que abarca tres familias genéticas muy distintas entre sí, y más de 60 variedades clasificadas según la cantidad de terpenos, esto es, la características organolépticas de aroma y sabor, que también son muy diferentes”.
Centelles nombró la malvasía aromática de Tenerife, llamada también malvasía de Sitges “y otros muchos nombres más porque no se conoce bien su origen; también la malvasía fina en forma de un vino elaborado con torrontés Boal, “un vino estratosférico con notas a tierra y sensación yodada”. O una malvasía castellana de San Román, “un Toro con mucha
estructura y cremosidad”, aludió el experto.
Lanzarote
Mención especial a la malvasía volcánica de Lanzarote, “conocida también por Malmsey cuando el bloqueo de Castilla a exportar a las Américas hizo que las Islas Canarias recurrieran a mercados como el inglés o le portugués para comercializar sus vinos”, recordó Ferrán Centelles. Lanzarote tiene es esta uva un auténtico tesoro “por el enorme potencial que tienen aún por explotar, ahora que la malvasía es una tendencia.
Porque tiene magia, es la uva del sumiller, porque queremos sacarle el máximo potencial”, aseveró en su clase magistral. “No hay variedad de uva más antigua, ni conceptualmente una más histórica y con menor rendimiento, ya que no llega ni a los 1000 kg. Por eso hay que regularla mejor y fijar su precio en su valor real. “Baco debe estar enfadado con Lanzarote –bromeó- porque os ha dado lo mejor, y lo usáis para hacer vinos baratos”, en clave de exaltar vinos únicos en el mundo.