Hoy desviamos el rumbo de la página, al igual que lo hiciera hace 122 años el protagonista de nuestra historia.En 1979, un norteamericano aficionado a la navegación llamado Thomas Cox entró en una tienda de antigüedades de Portland, en la costa este de Estados Unidos a comprar una campana de bronce de 40 cm de altura, probablemente procedente de un viejo barco del que solo constaba el nombre y su fecha de botadura, grabados en la superficie.Empleó los siguientes 30 años en descubrir la procedencia de aquella campana, hasta hallar la respuesta en el Museo Peabody Essex de Massachusetts, tras leer una relación de barcos asegurados por la compañía británica Lloyds. Se trataba de la Bricbarca La Verdad, un fabuloso barco velero de 40 metros de eslora construido en 1873 en la isla de La Palma y que naufragó en las Islas Bermudas en 1899.La Bricbarca La Verdad es símbolo de una época gloriosa de la historia de Canarias en la que ocupan un honorable lugar tanto la familia Arozena como los astilleros ubicados en la rada de Santa Cruz de La Palma.Los Arozena, una familia de origen guipuzcoano asentada en la isla a finales del S. XVIII fue la que creó una fabulosa industria de carpintería de ribera.Ya en el S XIX los constructores navales José, Fernando, Vicente y Sebastián Arozena Lemos, heredaron de su padre Cayetano los conocimientos necesarios para construir más de sesenta veleros que navegaron tanto por aguas del Archipiélago como por el Caribe.Veleros como La Rosa del Turia de 911 toneladas o la Bricbarca La Verdad, de 711, hicieron que al más brillante de ellos, Sebastián, le fuese concedida aún en vida la encomienda de Isabel La Católica, una de las mayores condecoraciones civiles de nuestro país.La Verdad fue además protagonista principal de un Atlas de Arquitectura Naval presentado en la Exposición Mundial de Filadelfia en 1876 que recibió una Medalla de Oro por su excepcional contenido. He tenido la suerte de tener en mis manos ese Atlas y les garantizo que es una auténtica maravilla contemplar los dibujos a todo color y las descripciones de cálculos, planos y tipos de madera con los que se construyeron 26 barcos.Este velero de tres palos y cuarenta metros de eslora, hacía la ruta entre el Caribe y Canarias cuando sorprendido por una tormenta fue alejado de su rumbo, encallando en las Bermudas, donde se perdió junto con toda su carga de pipas de aguardiente.Afortunadamente no hubo víctimas y hoy su único resto, como es una campana de bronce, gracias a las gestiones realizadas por Mr. Cox para devolverla a su lugar de origen, descansa en el Museo Naval de Santa Cruz de La Palma
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