Rafael Lutzardo

Opinión

La Gomera: diario de un viaje

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Recientemente, y con motivo de mi cumpleaños, tuve el privilegio de visitar la isla de La Gomera. Un regalo que me hizo la persona que hoy comparte mi vida; mis momentos buenos y malos. Es decir, la Candela.Sin duda, la isla Colombina fue y sigue teniendo su atractivo natural para el disfrute de cualquier turista que quiera pasar unos días sobre un escenario de magia y embrujo, pero también de una belleza incalculable. Tengo que reconocer que desde que llegamos al Puerto de San Sebastián de La Gomera comenzamos a respirar historia de otra época, donde los principales puntos de interés de la villa están relacionados con los viajes de Cristóbal Colón en los años del descubrimiento de América. Se conserva en estado óptimo la Torre del Conde, levantada como fortaleza castellana en el siglo XV, el bello sacro arte sacro de la parroquia de la Asunción. De la misma manera, y en lo que se refiere al casco antiguo, ofrece accesos al museo Casa Colón, que alberga una colección de arte precolombino procedente de Perú; la Casa de la Aguada, con su exposición permanente sobre el descubrimiento de América; y la ermita de San Sebastián, donde se venera al patrón municipal. El paseo puede completarse con compras y un tentempié en algunas terrazas del centro histórico, donde se sirven las populares galletas gomeras.Durante nuestra estancia en la isla colombina pudimos comprobar la infraestructura de sus carreteras, las cuales gozan de muy buena salud. Sin duda, la política llevada a cabo por el Presidente del Cabildo Insular de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, resulta ser toda exitosa en la adecuación de las carreteras, motivando ser clave para la comodidad en la calidad de vida de los habitantes gomeros; permitiendo la seguridad vial, algo fundamental, ya que por las características de la isla, tienen un elevado porcentaje de utilización en la vida cotidiana. Sin duda, se trata de un elemento de cohesión y comunicación fundamental para la comunicación en todos los puntos de la isla Colombina. Sobre todo, porque es una necesidad teniendo en cuenta la orografía del terreno, la dispersión de los núcleos poblacionales y la elevada utilización de las carreteras tanto por los propios residentes como por los visitantes que, a diario llegan a la isla.Por otro lado, y aunque ya había estado en otras ocasiones, durante mi estancia en la Gomera, pudimos observar y disfrutar de la amabilidad de sus habitantes y disfrutar de todos sus paisajes naturales y gastronomía autóctona. Sinceramente, y aunque estábamos hospedado en un buen hotel El Jardín Tecina; yo iba buscando la comida típica de la isla, especialmente el potaje de berros, la caballa y el almogrote. Y a buen seguro que lo conseguí. De la misma manera, no podemos olvidar que estábamos en la isla del silbo gomero, el cual ostenta el reconocimiento del único lenguaje silbado del mundo; patrimonio etnográfico de Canarias y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.Hay que recordar, que La Gomera está a menos de una hora de Tenerife por barco y es una isla muy singular que ha sabido llegar al siglo XXI sin caer en la codicia del turismo de masas. Por ello, viajar a La Gomera es acceder a territorios vírgenes, a milenarios enclaves naturales y a una isla, la segunda más pequeña de las Canarias, que brinda calma y sosiego a sus visitantes.Ni que decir tiene, que la Gomera al estar a una distancia de aproximadamente 40 kilómetros de Tenerife, desde muchos puntos de la isla Colombina se divisan parcialmente las siluetas de La Palma y Tenerife, además del perfil del majestuoso Teide, una estampa que disfrutan los 24.000 habitantes de este esta isla que ostenta el título de Reserva Mundial de la Biosfera. La isla tiene su corazón ocupado por el Parque Nacional de Garajonay, Patrimonio de la Humanidad desde 1981, pero son muchos más sus atractivos. Del mismo modo, y en lo que respecta a sus playas, la mayoría son de arena negra, aunque alguna hay de arena blanca. Todas sin excepción, cuentan con aguas limpias y claras. En lo que respecta a los miradores; La Gomera nos regala paisajes y horizonte maravillosos como: el Mirador de Abrante; La Asomadita (San Sebastián); La Laja, El Sombrero, y Las Trincheras, entre otros de los distintos municipios de La Gomera.Destacar también, los municipios que tiene la isla Colombina, donde todos ellos tienen su propia historia y su propia belleza como son: San Sebastián de La Gomera; Alajeró; Hermigua, Vallehermoso, Agulo, Chipude, Valle Gran Rey. En lo que concierne al mundo de la naturaleza, hay que destacar el Parque Nacional de Garajonay; Presa de Meriga, Roque de Agando, Acantilado de Los Órganos y Bosque de El Cedro. También destacar los confortables hoteles, apartamentos y pensiones que existen en una isla que se brinda para acoger con los brazos abiertos al visitante.Por último, la gastronomía es muy particular y especial en La Gomera, donde destacan el potaje de berros, caballas con mojo rojo, almogrote, papas arrugadas, tortilla de ajos, escaldón de gofio, lapas, guarapo, pulpo, callos con garbanzos, quesos, mistela, miel de palma, etc. Sin duda, fue una experiencia vivida maravillosa, aunque el destino quiso sorprendernos con algunos altibajos por problemas mecánicos. Muchas gracias, Candela por tan precioso regalo: