Kevin Rodríguez cumple años hoy. Su trabajo y constancia le han convertido en uno de los profesionales más valorados en su ámbito, el de la peluquería, adonde llegó por vocación. Cada mañana abre la persiana de Kevin Peluqueros con la recompensa diaria de dejar satisfechos a sus clientes y amigos.
¿Qué significa la profesión para usted?
Es una forma de vida. Según entro por la puerta, dejo el mundo a un lado y la verdad es que me siento afortunado en trabajar en algo que me gusta.
¿Cómo fueron sus comienzos?
Mis comienzos no fueron fáciles. En 2008 la peluquería no estaba tan bien vista como en esta época pero tuve un gran maestro al que estaré eternamente agradecido, el gran Javi, de Javi Peluqueros.
¿Cómo accede a esta profesión?
La verdad es que no se me dieron bien los estudios y mi padre ya estaba buscando un plan B. Fue entonces cuando le dije que me llamaba la atención la peluquería y decidí apuntarme en un curso. Aún por entonces no había nada específico para caballeros. Un gran paso adelante fue abrir Kevin Peluqueros tras trabajar para otros. Fue el 4 de marzo de 2016. Y si Dios lo quiere, tendremos Kevin Peluqueros para to.
¿Cuáles son sus referentes?
El nivel en peluquería en Canarias es bastante elevado. No tengo ningún referente en concreto pero sí procuro fijarme en los demás para copiar lo mejor de cada uno, y así seguir evolucionando.
¿Cuál es su objetivo para cada jornada de trabajo?
Mi objetivo es que el cliente se sienta como en casa y mi mayor recompensa diaria es el gran ambiente que tenemos en la peluquería y entre los propios empleados.
¿Qué supone para usted el proyecto Kevin Peluqueros?
Para mí es un sueño cumplido.
¿Y qué le parece que haya clientes que esperen a que los atiendan ustedes personalmente?
Es una satisfacción que esperen días para ser atendidos en nuestro salón, sea el peluquero que sea. Hay muchas peluquerías, mucha competencia... pero pienso que la sana competencia es buena y es positiva.
¿Aún mantiene clientes de sus inicios?
Afortunadamente sí. Mantengo clientes de toda la vida y muchos futuros padres que, antes de serlo, ya me otorgan el privilegio de ser peluqueros de sus hijos.
¿Cuál es el pelado más raro que le han pedido?
No hay clientes raros, solo clientes con mucha personalidad.