Querido hipotético lector de Mi mundo de letras. No te olvido nunca, pero el nacimiento de mi nuevo trabajo literario me ha tenido absorbida por completo. Bueno… eso y mis obligaciones con Acte Canarias y Tamasma Cultural, pero eso te lo cuento otro día. Aquí sigo, compartiendo contigo todo lo que acontece en este mundo de letras que, aunque presencialmente este casi paralizado, sigue adelante luchando contra viento y marea en pro de la Cultura de las islas.Te hablé alguna vez de Brandán, pero hoy quiero contarte cómo se gestó, en su momento, hace tantos años que la fecha ya casi se ha perdido en mi memoria, pero desde luego hace más de 15.Un día, preparando el almuerzo para mi familia, una imagen tomó protagonismo en mi mente. Bajé el fuego de la cocina y corrí a dibujarla para que no se escapara entre las brumas del olvido, y no contenta con eso abrí el ordenador y lo describí guardándolo como un tesoro. Algo me dijo que había nacido un personaje y solo podía quedar a la espera de que el mismo me contase su historia. Mucho más tarde supe que su nombre era Oto, y que era un duende que vivía en San Borondón. Aquel día me limité a volver a la cocina para retomar mis quehaceres domésticos. Al finalizar la jornada otros 6 personajes habían ido apareciendo en mi mente y acompañaban a Oto en el archivo de mi PC y en mi blog de dibujo. Así llegaron a mi vida Oto, Guarfía, Aritarime, Benza, Nichel, Ajerem y Guanchor. Más tarde llegaría también Adal pero… eso es otra historia. Tres años después Brandán era una novela de 749 páginas que me había aportado el mayor disfrute que sentí nunca escribiendo.Un libro de tal envergadura era muy consciente de que costaría publicarlo, pero me dije: tiempo al tiempo.En 2019 decidí que había llegado el momento de brindarlo al mundo. Retomé el manuscrito y comencé el trabajo de “pulimiento” necesario para ello. A principios del 2020 entró en la Editorial Cursiva Books de la mano de la Colección Teide de Acte Canarias. Evidentemente, dado lo que pasó luego, no elegí un buen momento para su lanzamiento. El coronavirus había tomado el protagonismo de nuestras vidas y Brandán se quedó en una pila de cajas en mi domicilio hasta que reaccioné y me dije: ¡A por todas! Una presentación virtual en redes sociales y una distribuidora que lo reparta por las librerías, al menos de la isla de momento. Y allá que nos fuimos Atlántida distribuciones y yo.A día de hoy se puede conseguir un ejemplar en la librería de confianza de mis seguidores en Tenerife y también en Las Palmas de Gran Canaria.Me siento feliz. Muchos autores hablamos de nuestros nuevos libros como si del nacimiento de un hijo fuera, y siguiendo esa similitud hay partos relativamente fáciles y otros con muchos problemas y dolores a veces insoportables. Pero no por ello se les quiere a unos más que a otros. De ser así, Brandán sería mi “hijo” más querido, puesto que tanto su gestación como su nacimiento ha sido problemático pero enriquecedor.A veces pienso que con Brandán he crecido como escritora y también, y sobre todo, como ser humano, de ahí la importancia de que esta novela no pase desapercibida.Muchas gracias a todos los que me han acompañado en el camino brandiano desde sus inicios hasta el día de hoy. Estoy segura que mi pequeño regordete (al final se quedó en 500 páginas) tendrá una buena acogida entre el público porque ya me lo están demostrando en estos primeros días.Más pronto o más tarde nos reuniremos todos para brindar por Brandán con un tabite de chacerquem o de cuche, no sé si en la timbeque de Grimanesa y Tegaday o en algún espacio de las otras islas con un vaso de buen vino, pero... brindaremos.
Bienvenidos a mi mundo brandiano.