Decía el director de cine estadounidense Trey Parker que un adiós no significa nada, lo que importa es el tiempo que pasamos juntos.
Con ese aforismo del creador americano quiero reconocer el trabajo y la dedicación que Corviniano Clavijo —Koki entre sus innumerables amigos— ha puesto en el proyecto Atlántico Hoy, que abandona por razones profesionales. Él lo pensó. Él lo creó. Él luchó sin tregua para sacarlo adelante en los primeros pasos, esos momentos en los que siempre todo resulta más complejo y difícil.
El legado inmaterial que nos deja Corviniano es el de un empresario emprendedor, animoso y aventurero. Un hombre moderado con un profundo apego a su familia y a su tierra, que quiso situar su manera de pensar y su proceder vital en la nueva era a través de la constitución de un medio de comunicación digital.
Ese germen es el que ha permitido que Atlántico Hoy sea ahora uno de los diarios de referencia de Grupo de Medios Global (GMG) y, sobre todo, una realidad en el ecosistema canario de comunicación.
De sus esfuerzos iniciales ha brotado un proyecto informativo que ya es una realidad indiscutible entre la ciudadanía. Más de una quincena de profesionales aproximan cada día la actualidad de la política, las empresas y la sociedad canaria al medio millón de lectores que mensualmente nos visitan, según los datos oficiales de los medidores de audiencia. En poco tiempo nuestra empresa ha conseguido consolidar tres ediciones de los Premios Atlántico Hoy a la Mejores Iniciativas Empresariales, celebrados en Santa Cruz de Tenerife, y una maravillosa gala con los Premios Atlántico Hoy al Liderazgo, que debutó en enero pasado en Las Palmas de Gran Canaria. Una muestra de que aspiramos a ser un medio que interactúa de manera dinámica con su contexto social, político y económico.
Atlántico Hoy ha modificado su accionariado durante ese tiempo, pero no ha perdido un ápice de canariedad, ni de vinculación con la sociedad que le vio nacer y que nos acompaña en la tarea de mejorar los elementos fundamentales de cualquier democracia.
Esa es la finalidad última de cualquier medio de comunicación serio y comprometido: garantizar que la fiscalización de la actividad pública y la denuncia de los abusos de los poderes resulte útil para consolidar las libertades de toda sociedad evolucionada.
Koki nos acompañó en ese cometido. Su impronta de moderación y equilibrio deja un poso en Atlántico Hoy difícil de borrar. En nombre de todo el equipo humano que hace posible este medio deseamos muchos éxitos a nuestro presidente en sus futuros desempeños profesionales y le recordamos que esta siempre será su casa. La que él fundó y la que ayudó a crecer. La casa, en definitiva, de todos los canarios libres y comprometidos.
Y, si me lo permiten, deslizaré un último guiño a nuestro socio, amigo y compañero de aventura. Lo dejó acuñado el químico y físico francés del siglo XIX conocido por su teoría de los gases, Louis Joseph Gay-Lussac: “Es una pena irse, esto comienza a ponerse divertido”.