A veces es sano parar. Apaciguar nuestro tiempo para recapitular. Tanto en el plano personal com en el laboral. Los dos mundos entrelazados, también, con el fin de extraer conclusiones que sirvan de combustible para el motor de nuestras convicciones diarias; si no corremos el riesgo de quedarnos en la cuneta.
Es por lo que en este artículo, en este ventanal que cada semana me brinda Atlántico Hoy, aprovecho para respirar aire fresco y para compendiar algún que otro sentimiento y convencimiento acerca de mi labor como periodista (en general y en la especialidad de Gastronomía) desde que culminé la carrera en la Universidad Complutense de Madrid hace unas cuantas décadas.
El caso es que me encontré, durante algún que otro repaso aleatorio de documentos, un artículo de contenido gastronómico firmado hace 25 años. Si bien mi interés por la gastronomía se puede situar ya en mi juventud, actualmente concibo esta área de indudable interés generalista como un instrumento vital para transmitir no solo el caudal de información acerca de productos, recetarios y cocina, sino como un modo de establecer “puntos cardinales” en la identidad de los pueblos y en la capacidad ilimitada del ser humano para crear, en este caso concreto a través de la comida (la nutrición cotidiana sin la que no podríamos vivir).
Antes de proseguir con unas cuantas ideas que no quiero que se me queden en el tintero, permítanme reproducir el artículo firmado por Tara Alfonso (@) que asistió a la intervención de un servidor dentro de un conjunto de ponencias organizadas por Hecansa-Hoteles Escuela de Canarias durante el reciente Salón Gastrocanarias 2023. Síganla en las redes.
La importancia de la comunicación en la gastronomía
"El pasado 24 de mayo en Gastrocanarias, albergado dentro del Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife, asistí a la charla "La importancia de la comunicación en la gastronomía", conducida por Francisco Belín, de la mano de HECANSA.
Francisco Belín es periodista, ¡Y se nota! Supo perfectamente cómo conducir su ponencia para mantenernos enganchados hasta el final de la misma.
El periodista gastronómico hizo hincapié en las palabras clave que resonaron durante toda la charla: comunicación, influencia y redes sociales.
Francisco explicó cómo estas tres fuerzas se entrelazan para moldear el éxito de los profesionales de la gastronomía en la era digital, pudiéndose aplicar a cualquier campo.
Belín destacó que la comunicación efectiva es esencial para transmitir la esencia y los valores detrás de cada plato.
La habilidad de contar historias a través de la comida, permite crear conexiones emocionales con los comensales y convertir una simple comida en una experiencia memorable.
Digamos entonces que un buen plato de éxito contiene ingredientes como: Comunicación, capacidad de influir y el uso inteligente de las redes sociales.
Yo diría que Francisco Belín es todo un InfluenCHEF.
Y tú ¿Hablas o comunicas?”
Resalto especialmente el valor de este artículo de Tara, ni mucho menos en cuanto a su relación con mi persona, faltaría más; principalmente por lo gratificante que resulta el hecho de que una persona como Tara, con evidente actitud y apetito para evolucionar, haya tomado apuntes y se haya puesto a la labor de plasmar el desarrollo de unos saberes acumulados (en esta ocasión de este periodista). Por cierto que estupendamente escrito.
Gratificante, sí, como también las circunstancias y empeño de cada informador (influencer también, el que es ético) que se dedica a esta apasionante disciplina de la Gastronomía y que aporta una parte que el otro, la otra colega, no pueden cubrir o abarcar. Hacemos juntos un todo, cada uno-a con su estilo y eso, al menos para quien les escribe cada fin de semana y generalmente de aspectos relacionados con la sostenibilidad, es muy reconfortante. Siempre me lo pareció.
Una cuestión de sensaciones
Quizá haya perdido a estas alturas del artículo el hilo argumental, que no la esencia. Es que en definitiva se trataba de plasmar sensaciones y no construir el habitual mensaje con entrada, cuerpo y conclusión. Es cuando, otra vez, retorno a mis repasos de documentos (lo sugiero como una excelente terapia) y me topé con una crítica gastronómica rubricada por un tal F. Belín.
Ya me había refrescado la memoria el chef Braulio Simancas (Silbo Gomero, La Laguna, Tenerife) que yo había sido el primero que había plasmado (en el periódico “El Día”, en aquel entonces), los primeros compases que le catapultaron en años posteriores como uno de los cocineros más prestigiosos de Canarias.
De que a los informadores se nos conozca tozudamente como ‘críticos gastronómicos’, cuando nuestra función alcanza mucha más amplitud de miras, escribiré otro día, que hoy no voy a dar más la lata (que, por cierto, de las conservas escribí y mucho revelando técnicas y secretos de los que han sido las indiscutibles estrellas de la cocina española e internacional todos estos años).
Recapitular, pues. En la vida personal: procurar conciliar con el caudal del trabajo como freelance. Está claro que nos dicen a menudo que los gastrónomos tenemos un trabajo “cojo…” (de lo más satisfactorio, vamos). Ni confirmo ni desmiento, ya que en mi caso personal (y lo saben muchos-as que me conocen) la satisfacción viene en forma de personas y legados gastronómicos (Libro Recetas Antiguas de Canarias, editorial Kinnamon) o en conocer y divulgar, por ejemplo en el programa radiofónico semanal Con Cúrcuma.
El programa televisivo de los sábados
Por cierto, y recapitulando, quisiera mostrar mi agradecimiento, en la esencia de lo que hoy he tratado a lo largo de estos párrafos, al programa Agrocanarias.TV (TV Canarias, sábados a las 14:00 horas) todas las vivencias que proporciona la visita a todas y cada una de las 8 islas y presentar los contenidos que hasta la fecha actual suman casi unas 600 piezas dedicadas al producto local y la industria agroalimentaria captadas con realismo. “Lo que hay”, como se dice, pues otros análisis –necesarios a todas luces- son tratados en otros formatos periodísticos.
Una labor potente de más de una treintena de profesionales coordinados por Francisco Almagro. Les paso este enlace para que acudan a cada experiencia (39 episodios de la primera temporada y 18 en lo que va de la segunda).
No más de 27 minutos en un formato liviano y entretenido que se asoma al sector primario de Canarias tratada aquí sin dramatismos y con una firme idea de contribuir a fortalecer los cimientos sociales a la hora de ver “de otra manera” la pesca y el terruño.