Feliz precariedad y próspero año nuevo, es lo que voy a empezar a desear este año a todo mi entorno en Canarias. Estoy destemplada viendo las cifras de pobreza en nuestro país, las colas de acceso a la sanidad pública, las listas de dependencia, la subida de la cesta de la compra, el precio del alquiler que no para de subir, y encima, para cerrar el año, los presupuestos para 2025 del Cabildo en Tenerife —por ejemplo—, centrándose en lo importante.
46 millones de euros para turismo y acción exterior, frente a los 16 destinados a industria y comercio, ejem. Lo de virar y cambiar el sistema productivo para no tener esta dependencia asfixiante del turismo que no hace sino traer más pobreza lo responden con más turismo, eso sí, ecosostibleverdechachi.
Pero no pasa nada, porque la patronal turística ya anunció que para mantener el sector necesitarán por lo menos unos 70.000 trabajadores, que por cierto, taerán de fuera porque se quejan de la falta de obra de mano cualificada en Canarias, traducido al canario: que a los locales solo nos quieren para fregar platos y partirnos el lomo haciendo camas y recogiendo su basura en condiciones laborales deplorables.
Políticas públicas para aumentar en cero las posibilidades de empleo para los canarios, y en varios órdenes de magnitud, aumentar la tensión demográfica, ambiental y de vivienda en un territorio que ya está pasando todos los límites. Feliz precariedad y a ver qué discurso inventan los que gobiernan esta tierra en año nuevo para hacer ver que están del lado de la ciudadanía y de las reclamas sociales.
Y si no les quedaron claras todavía las prioridades de Coalición Canaria y el PP, este presupuesto del Cabildo de Tenerife recoge el proyectito estrella del PSOE en la legislatura pasada, el circuito del motor, y le meten 13 millones y medio para continuar con el destrozo al territorio, a enclaves de valor ambiental y al patrimonio arqueológico de nuestro pueblo indígena. Feliz pérdida de historia e identidad de nuestro pueblo y lo de próspero estará por ver, porque será para la élite política y empresarial, pal resto de personas canarias vamos viendo.
¿Me estaré enchavetando? ¿Seré el Grinch? ¿Los que prefieren abstraerse de la realidad en el bucle de brilli brilli y capitalismo se sentirán ofendidos? Me da un poco igual, la verdad.
¿Saben que el último informe del Consejo de la Juventud de España dice que los jóvenes canarios enfrentamos el alquiler más caro de la historia con los segundos salarios más bajos del país? Deberían saberlo, porque cuando el 44 % de las personas jóvenes en Canarias están en riesgo de pobreza o exclusión social lo que significa es que nos queda resignarnos a tener proyectos de vida precarios para siempre o exiliarnos a pasar frío en otro países, porque lo de que haya mejores condiciones laborales está por ver también. Y no quiero seguir echando amigos de menos, quiero que tengamos un futuro en nuestra tierra sea comiendo cabrito o truchas de batata en navidad, o quesitos frescos y burgaos en verano. Y que nos lo podamos permitir, no que sea un lujo consumir productos locales.
Y que le pregunten a la diáspora canaria si lo tienen fácil para volver a casa por navidad, como los anuncios del turrón, con los precios de los billetes de avión cuando haces tu vida en otro país y ya no estás empadronado en casa. Un abrazo gigante a todas las que van a ver las fotos de sus familiares empapandose a lágrima viva y se comerán las uvas por videollamada. Feliz condena a la emigración de la juventud canaria y prósperos serán los países que reciban a todas las personas jóvenes, con talento y formadas que no pueden tener un proyecto de vida en casa.
Acuérdate esta Navidad, mientras los ayuntamientos se estampan millones de euros en las lucecitas y en anuncios para hablarte de la magia de esas mismas lucecitas, con humor, será digo yo, a ver si la magia y la luz llega a los barrios donde solo dejan oscuridad y miseria sus políticas públicas.
Mientras haces este ejercicio de reflexión e intentas disociar de una realidad tan dura como la que atraviesa nuestro pueblo, acuérdate de que por lo menos hay luces que no son de colores, sino son de personas que están en la brega por la tierra canaria. Ojalá que el año que está por venir sea próspero, y no en ilusiones sino en gente organizada en todas las islas, en montón de ámbitos diferentes para seguir con el empuje de cambiar nuestra realidad archipielágica, y si te animas a militar en una organización sin miedo a lo político y a lo institucional, aquí está Drago creciendo en todas las islitas con gente llena de luz, talento y dignidad. A todas ustedes y al resto de Canarias en lucha, les diré: Feliz será nuestra tierra libre y ánimo en la brega de este próximo año.