El Roque Teneguía junto con los roques Niquiomo y Jedey es uno de los edificios volcánicos más singulares de Dorsal de Cumbre Vieja, y uno de los símbolos del volcanismo histórico que ha configurado la isla de La Palma.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985 y forma parte del Parque Natural de Cumbre Vieja.
Está situado en el extremo suroeste de la isla, a 500 metros de altitud casi en la misma ladera del Volcán San Antonio en una finca particular, y aunque señalizado y acotado, pues recibe una gran afluencia de visitantes, ha sido objeto de especial atención por parte de las autoridades, ya que tan masivas visitas están causando un gran deterioro en su entorno.
Lámina 45, Roque de Teneguía
Fue afectado por la erupción en 1646 del Volcán de Tigalate y posteriormente en 1677 la del San Antonio cubrió su parte oriental de lapilli y cenizas.
En 1970, se realizaron en el mismo Roque una serie de excavaciones arqueológicas dirigidas por D. Diego Cuscoy, Director del Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife, alertado por los vecinos del municipio sobre la incipiente construcción de un canal de agua que pretendía atravesarlo, proyecto que ya había ejecutado las perforaciones pertinentes en su base para dinamitarlo. Gracias a la rápida actuación de las autoridades, la obra pudo detenerse, descubriéndose en dichas excavaciones una serie de bloques con grabados rupestres.
Su cara oriental está cubierta de más de un centenar de grabados, en grupos aislados o formando conjuntos. Espirales simples, dobles, acorazadas, laberintos espiraliformes, meandros, círculos simples, múltiples, óvalos y temas lineales esgrafiados que se encuentran en algunos casos superpuestos, desconociéndose actualmente su cronología exacta, pero correspondientes a épocas prehispánicas y realizados con la técnica del picado o deslascado.
Un año después de hacerse oficial el descubrimiento de los grabados, tuvo lugar la erupción del Teneguía, a escasos 900 metros, cuyas cenizas cubrieron de manera parcial la zona excavada aunque no afectaron a los grabados.
Es un edificio que destaca por su color amarillento pálido en un lugar en el que predominan las cenizas y lavas negras y de los pocos testigos geológicos de naturaleza fonolítica que perduran en una zona de la isla en constante evolución.
Muy cerca del Roque y ya en la orilla del mar, el lugar fue famoso por su Fuente Santa, lugar de donde manaban aguas termales que hicieron de La Palma un referente mundial, llegando a recibir visita de personajes ilustres y miles de enfermos de América, siendo tal fuente de riqueza para la isla, que su renta per cápita llegó a ser la más alta de Canarias, aunque desgraciadamente fue tapada por las erupciones del siglo XVII, que alejaron la costa 400 metros.
Una triste historia con final feliz, que será tratada en otra ocasión.