Antes, los Consejos de Gobierno de Canarias (donde se toman las decisiones), solían durar 4 ó 5 horas. Ahora por lo visto, sus excelentísimos/as se pegan más de 10 horas dándole al bistec. Parece que el Presi Ángel Víctor es un tipo de escuchar, dejar hablar mucho, y eso de los golpes en la mesa lo deja para el Vice Román, que es el “hombre de las perras”.
Nada que ver con aquellos “corridos mejicanos” cuando Román Rodríguez (hombre de bigote fino) era presidente hace 20 años, se fumaban enormes puros dentro, y el humo atufaba por la puerta. De hecho, el Ujier dejaba una caja a la entrada, para el que quisiera coger. Asfixiados de esa manera, los consejos duraban un suspiro, el mismo que tardaban algunos consejeros en marearse ante la fumarola de tan imponentes “petardos”.
¿Se imaginan ahora una “fumata” en un Consejo? Quien vería a Noemí Santana (consejera de Derechos Sociales), amarilla, o la cabellera blanca de Julio Pérez (consejero de Presidencia) cogiendo olor a calavera. Ya están creando en Presidencia un grupo gestor, liderado por Antonio Olivera (Viceconsejero de Presidencia) para evaluar proyectos de todas las consejerías, mandarlos a Madrid para el visto bueno, y ejecutarlos con el dinero que viene de Europa.
Si el Estado nos respeta, y por población y peso en la economía nos toman en serio (permítanme que lo dude), nos tocan unos 5800 millones de euros. No sé cómo se van a ejecutar esos proyectos porque para ello hay que tener una iniciativa privada potente y siento decirlo, pero en Canarias es muy débil. Si tenemos proyectos podremos utilizar dinero europeo, si no, ya habrá quien se lo gaste. Así de claro.
La realidad es que el 2º y 3er trimestre del próximo año lo vamos a pasar mal. Todavía muchos andan pensando en un modelo guapo de mascarilla o en el nuevo IPhone que acaba de salir y ya Europa, a través del comité europeo de regiones, ha alertado de que, en Canarias, sufriremos una crisis sin precedentes con la destrucción del 40% de los puestos de trabajo.
La crisis de 2009 fue un batido de frutas al lado del veneno que viene. Al menos tenemos la esperanza de que, siendo responsables, mejoren los contagios y comiencen a llegar los turistas. Si además la carta a los Reyes Magos de Europa nos la cumplen (creo que nos lo merecemos), igual en un par de años, volvemos a sonreír, que buena falta nos hace...¿verdad?