Domingo J. Jorge

Opinión

Educación empieza a abrir las puertas y ventanas de sus aulas, frente al Covid-19

Guardar

Los colegios e institutos comienzan a abrir sus puertas y ventanas para airear las aulas y no dejar entrar el coronavirus. Se han preparado todo tipo de medidas sanitarias frente al Covid-19, y los centros que se han decidido a abrir, cumpliendo con decisión el dejarles hacerlo, han dado el paso, que, entre otras cosas, sirve incluso a modo de simulacro de cómo serán las clases a partir del próximo mes de septiembre en esta eufemísticamente llamada "nueva normalidad". Se trata, eso sí, de dar un nuevo paso para volver a reactivar el motor de la Educación en todo el territorio nacional. Una "nueva normalidad", que pondrá, o está poniendo ya, a prueba, nuevamente, la capacidad de creatividad del profesorado español, que, casi con certeza, el próximo curso se enfrentará a las clases semipresenciales, un nuevo hándicap para unos docentes que, como han demostrado durante esta crisis, son capaces de cualquier cosa.

Algunos centros educativos no universitarios de la mayoría de Autonomías han podido reanudar la actividad presencial. Unos lo han hecho a partir del lunes 25 de mayo en las regiones sanitarias que entraron en la fase 2 de la desescalada. Otras, como Canarias, lo hizo desde este pasado miércoles 3 de junio. Para ello, han debido cumplir con los protocolos sanitarios que el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha recomendado a las comunidades autónomas en la última Conferencia Sectorial de Educación del pasado mes de abril.

En la Comunidad Autónoma Canaria, concretamente, se ha decidido que se incorporen voluntariamente aquellos alumnos de final de etapa, como los son los de 4º de ESO, 2º de Bachillerato, y el último curso de Formación Profesional. 

Por otro lado, el Ministerio de Educación ha señalado que la pandemia del coronavirus obliga a mantener la distancia de seguridad entre las personas, por lo que no será posible concentrar en las aulas el mismo número de alumnado que hasta ahora se venía recibiendo. Para ello, las escuelas están en un paso ahora de optimizar todos los espacios del centro y combinar las clases presenciales con las virtuales, así como adecuar los horarios. En este sentido, se ha recomendado, por ejemplo, que los grupos en Primaria sean de 13 estudiantes cada uno y en Secundaria de 15.

"El uso de lo semipresencial, y grupos más reducidos, fortalece la posibilidad de atención al alumnado; además integra al alumno en el uso de la tecnología digital de una forma más razonada y racionalizada"

Las experiencias de muchos profesores están siendo alentadoras. Muchos ya han regresado a las aulas, con esos pequeños grupos y la enseñanza semipresencial, y consideran que "el uso de lo semipresencial, y grupos más reducidos, fortalece la posibilidad de atención al alumnado; además integra al alumno en el uso de la tecnología digital de una forma más razonada y racionalizada".

¿El Curso 2020-2021?

Esa es la gran incógnita, pero que ha está siendo respondida por algunos centros que han abierto sus puertas parcialmente y han sido testigos de que la enseñanza semipresencial es posible. Sin embargo, se plantean tres escenarios posibles cara al próximo curso: Que se pueda realizar la actividad educativa de manera presencial como siempre; que se pueda realizar la actividad educativa de manera presencial, pero manteniendo una distancia interpersonal; y que no se pueda realizar la actividad educativa de manera presencial debido a un rebrote de la enfermedad.

La enseñanza semipresencial requerirá también distancimiento en el aula.

Un gran número de organismos y expertos han señalado que podrían acentuarse las desigualdades en caso de continuar con la formación a distancia por existir diferentes brechas: de acceso, de uso y escolar

Aun así, queda mucha tarea por hacer al profesorado y la dirección de los centros durante este verano. Habrá que adaptar currículos y programaciones para recuperar los déficits ocasionados por la suspensión de las clases presenciales el pasado mes de marzo, o, sencillamente, porque no generan los mismos resultados la educación "online" que la presencial. Un gran número de organismos y expertos han señalado que podrían acentuarse las desigualdades en caso de continuar con la formación a distancia, por existir diferentes brechas: de acceso, de uso y escolar. Otra actividad de nuestro temario como profesores, durante el estío, ante un Covid-19, será la de seguirnos preparando tecnológicamente, nosotros, y nuestros alumnos. Igualmente adecuar los centros a nuevas necesidades y medidas tecnológicas para el curso que comenzará en septiembre, porque lo que es un hecho es que seguiremos "EduKando".