Más que un simple dicho se puede dar por buena esa idea esencial de que “somos lo que comemos”. Si de base, desde la infancia, creamos los hábitos saludables a través de hechos y ejemplos entonces mejor que mejor pues eso se llevará de por vida y sumando socialmente en una forma de entender la nutrición y, por tanto, la gastronomía en sentido amplio.
Un ejemplo en el que se persevera en Canarias desde hace años es el de los Ecocomedores, promovido por el Gobierno de Canarias a través del ICCA (Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria) y que durante este curso lectivo estará presente en todos los centros escolares públicos del Archipiélago, articulado en comedores de gestión directa.
Una década de trayectoria y referente para otras comunidades autónomas (como País Vasco, Navarra o Valencia) por el modelo conformado hacia una alimentación sana en los centros escolares y, eso sí, partiendo siempre de géneros ecológicos.
Ecocomedores se enfoca desde su lanzamiento, en 2013, a desarrollar menús preparados con materia prima fresca y de temporada entre el alumnado, incentivando así el consumo de alimentos de proximidad y concienciando a la comunidad educativa acerca de lo indispensable que resulta una dieta equilibrada.
Por otra parte, desde el punto de vista agrario, la iniciativa se generó para relanzar la producción ecológica de Canarias, de forma que se potencia el sector primario y un marco de desarrollo rural sostenible que se fundamenta en el consumo local de productos de ‘kilómetro cero’ respetuosos con el medio ambiente y los paisajes.
En una reciente visita del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2023, Pablo Bustinduy, junto con el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, se aludió el Real Decreto que garantiza “a todo niño, niña y adolescente el derecho a una alimentación saludable y de calidad, independientemente de los recursos de su familia o de donde haya nacido y, además, fomente la producción local y de estacionalidad”.
Quintero puso de relieve que este “proyecto pionero vincula la alimentación saludable con los productos de nuestro sector primario, de calidad y frescura”. En datos, beneficia a más de 23.000 comensales y se articula alrededor de una red regional compuesta por 105 ecoagricultores y 172 entidades participantes, de las cuales 168 son centros educativos (163 públicos) y cuatro constituyen iniciativas privadas no escolares.