He visto este artículo y me he propuesto rescatarlo, pues me parece realmente interesante. Carlos Ávila. Fuerteventura. Más bagaje de vivencia para la mochila gastronómica y del conocimiento del Blog Con Cúrcuma. Elementos curiosos, singulares y ricos de la isla majorera que proporciona particularidades de las que merece la pena relatar porque las hacen PERSONAS de labor callada, lejana al alboroto informativo.‘Alboroto’ –de los buenos- el que en cierto modo se ha producido con la Flor del Desierto, la miel elaborada por Carlos Ávila, apicultor, como hemos dicho un hombre del campo tranquilo, sincero, esforzado y que ahora cobra la visibilidad mediática pero que no cambia un ápice la forma de ser ni actuar. “He trabajado en algún negocio, incluso de cetrero en el aeropuerto pero la historia de las colmenas se remonta al año 2000 cuando un emprendedor de Fuerteventura, empresario del aloe vera (Juan rodríguez, ya fallecido) tuvo la iniciativa de traerse cuatro colmenas desde Gran Canaria a Fuerteventura; salió incluso una nota de prensa –que debo tener por ahí- que informaba acerca de su ubicación en Tiscamanita”.
Finalmente, el apicultor majorero regala una afirmación a tener en cuenta, ahora que parece que estamos más preocupados por la sostenibilidad ambiental. “La abeja negra aporta algo mucho más importante que la miel a Fuerteventura y es la polinización; antes de existir las abejas se ‘cazaba’ a mano para calabazas calabacines; las cosechas se han incrementado por la acción de las abejas”.
Francisco Belín