Loading...

Opinión

Corre, 'Uno', corre!

2 minutos

Canarias se moviliza en apoyo a la Comunidad Valenciana tras la devastación de la DANA. En la imagen, el pueblo de Picaña arrasado por el agua. / EFE

La política española es como una caja de bombones; nunca sabes quién te robará más, pero un dictamen es innegable: de los izquierdosos contemporáneos líbreme Dios, que del resto me guardaré yo. 

Nunca hubo Comité de Expertos para la desescalada de confinamientos inconstitucionales de personas sanas. Tampoco gobernarían conjuntamente con Podemos. Jamás pactarían con Bildu ni peticionarían la extradición de los líderes del procés condenados por sedición. Afirmaban sentir vergüenza por los indultos políticos. Aseguraron que traerían a Puigdemont para rendir cuentas ante la justicia. La amnistía no tenía cabida en la Constitución y tampoco el referéndum de autodeterminación. Suma y sigue.

El Uno, deshumanizado profesional del trile, su cuadrilla y secuaces, son como pan y mantequilla.

Mención especial para los votantes woke, palmeros becados, jaleadores financiados y demás actores sociales zurdos regados de manera oportunista con subvenciones, mordidas y tejemanejes.

Yo no sé mucho de casi nada, pero la anomalía psíquica del Uno es angustiosamente palpable; lo incomprensible representa, que las buenas tragaderas de sus acólitos continúen permitiendo la maldad. 

"Tonto es aquel que hace tonterías".

El Uno, narcisista psicopático de libro que merodea entre escuchas telefónicas, diligencias judiciales, wasaps indecorosos y chanchullos varios nos ha tomado perfectamente la medida y, lejos de acobardarse ante tanta infamia, se enroca en esa chulería barata de sátrapa ofendido y gesto desafiante.

Si la clase política necesita ayuda para dejar de saquear, que la pida.

"Debe ser difícil ser un rey".

El Uno, ególatra patológico obcecado en mostrar su perfil más fotogénico, niega la realidad por defecto, tergiversa, embauca y sistemáticamente miente. Enfermo de poder, baila al son de su propio bolsillo; sin doblez ni engaño, España se la trae al pairo.

El país está al borde del nocaut económico y no puede albergar más dirigentes incompetentes que deambulen como pollo sin cabeza. El clientelismo político se normaliza y la partitocracia, el mal endémico español, desvalija a sus anchas sin moderación y, ciertamente, por cuenta y riesgo de los españoles honrados que llevan toda una vida partiéndose el lomo.

La deuda pública de 1,6 billones de euros, el agujero en las cuentas de la Seguridad Social, la espantada de la inversión extranjera, el castigo mortificante al sector productivo, microempresas y autónomos que malviven atormentados con sucesivas cargas fiscales y sociales, el malgasto de la pantomima feminista, la pésima gestión de la inmigración ilegal y un sinfín de fatídicas negligencias nos abocan al caos financiero. A propósito, con tanto débito, es un suponer, que estaremos a merced de la senda que enfile el prestamista.

Como en cualquier negocio honesto, debieron priorizar los números; lo que no son cuentas siguen siendo cuentos. 

“Haz lo mejor que puedas con lo que Dios te ha dado”.

Los rojos implantan un sistema educativo enclenque y manipulable, eliminan de la ecuación social la cultura del esfuerzo, fomentan la controversia, el enredo y enfrentamiento, y eligen empoderar a malhechores, vagos y okupas, embelesados todos con la farsa woke, el comodín del cambio climático y la imberbe Agenda 2030.

“Supongo que a veces no hay suficientes piedras”.

La nota de corte del político español es tan ridícula, que bastaría con exigirle lo mínimo; honradez, lealtad y veracidad; cuando menos que no mienta.

“Cuando el Uno corre, dicen que es como el viento”.

Etiquetas: