Agoney Melián, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Tenerife.

Opinión

Como un castillo de naipes

Presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Canarias

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Hace unos días tuve la suerte de participar, como invitado, en un Podcast muy interesante llamando THEODECAST, capitaneado por Óscar y Sergio, dos personas jóvenes y emprendedoras que me han conquistado, y en el que pude reflexionar sobre la paz mental, sobre lo que pasa en el mundo, sobre el emprendimiento e incluso … sobre el amor.

Me quedé muy contento porque fue muy ameno e interesante. Conecté con ellos más allá de todos esos cargos que solo sirven para LinkedIn, y poco para el trabajo emocional que todos deberíamos hacer si queremos alcanzar una vida plena.

Me gustó ser un simple humano compartiendo historias de vida y reflexiones; estoy deseando verlo. Al salir, en mi estómago revoloteaban mariposas de la emoción y, no porque fuese protagonista de un capítulo de un podcast, fue porque me entregué al máximo, dejé que mis emociones respondieran, sin más, aquellas preguntas tan bonitas. Me sentía auténtico y esa sensación, que a veces se diluye con la máscara social, es parecida al Nirvana.

Pregunta difícil, ¿quién es Agoney Melián?

Tengo algunos años de vida, y si te dijera que a lo largo de mi existencia, mis respuestas fueron “no lo sé”, en el punto actual me gusta decir que soy alguien que no hace daño a nadie y que intenta mejorar lo que tiene cercano un  poquito cada día.

Puede que esta respuesta lleve consigo un trabajo personal inacabable, uno que, a través de la reflexión, descubre que la mejor definición de uno mismo se da cuando estamos llenitos de amor.

Supongo que, en otros momentos de mi vida, sin duda más tristes y oscuros, habría soltado alguna barrabasada, más enfocado en mis logros profesionales que en la parte humana. Creo, por ser justos, que en este momento de ausencia de luz y de calma, Agoney era una persona que no se gustaba, que no miraba con ternura su espejo y que necesitaba escapar.

Hoy, he dejado de tener que ser algo, para simplemente disfrutar de lo que soy en realidad. Si aún te cuesta responder quién eres, supongo que necesitas más amor, más tiempo para conocerte, más cuidado sin prejuicio.

¿Qué está pasando el mundo?

¿Te imaginas tener la valentía de sentar dogma sobre ochomil millones de habitantes que somos en el Planeta? Sin duda, a pesar de tener acceso a un ilimitado número de noticias diarias, creer saber lo que está pasando en el mundo es muy soberbio. Y aunque tengo algunas ideas que me he ido creando por lo que voy observando y viendo, me gusta pensar que la mejor forma de responder es, te puedo contar que está pasando en mi mundo.

Dicen que la juventud quiere inmediatez, pero creo que la reflexión más idónea es que quieren inmediatez en el resultado, no en lo que debemos hacer para conseguirlo.

La naturaleza nos ha enseñado, a diferencia del consumo rápido que supone la tecnología, que las cosas llevan su proceso. Si quieres un hijo, debes fecundarlo y luego tiene que crecer en el vientre de su madre. Si queremos alimentos, necesitamos cultivar y esperar, cuidando cada detalle, a que llegue el fruto.

Si queremos un buen vino, deberá fermentar en barrica durante mucho tiempo y esa lección con la tecnología, nos la hemos cargado. Antes, si querías ver un episodio de tu serie favorita, tenías que esperar una semana a que saliese el siguiente.

Ahora con las plataformas digitales, puedes ver una temporada entera en un día. Con las redes sociales, puedes compartir con el mundo en vivo lo que haces, cómo lo haces y cuando lo haces.

Yo soy una persona bastante obsesiva, pero he tenido la suerte de vivir entre estos dos paradigmas. Me muevo de manera inmediata para conseguir las cosas, pero entiendo que los procesos llevan su tiempo.

Le echamos la culpa a la juventud cuando les estamos educando en tener cerebros dopaminérgicos, les enseñamos a los niños que para que se callen les vamos a dar el móvil sin entender que la vida no es así, que a veces te dicen que no y que los procesos son, sin duda, una parte bonita de cualquier evolución.

Subir el nivel de consciencia.

Vivir conectado es aterrador. Implica abrir tu caja de pandora y dejar que tus mierdas inunden tu vida por un tiempito. Creo que la sociedad necesita justamente esto, tiempo para pensar, para reflexionar sobre sus emociones y aprender a vivir con paz, entendiendo lo que nos pasa y, sobre todo, por qué nos pasa.

Trabajar en uno mismo, es una de las tareas más complejas a las que nos hemos tenido que enfrentar a lo largo de los años, y siento mucha pena por aquellas personas que deciden mirar hacia otro lado.

Durante el capítulo de THEODECAST, hablamos de la necesidad implícita de aumentar el conocimiento sobre nosotros mismos, y nuestro entorno para vivir mejor. Para no sufrir tanto, para poder enfrentarnos a las dificultades de una manera más eficiente.

Si aún piensas que el mundo está loco, que lo está, te animo a que adentres en el mundo del desarrollo personal y que subas tu nivel de consciencia. Por suerte, no todos pensamos iguales, y aunque esto a veces nos suponga alguna que otra incomodidad, si tenemos la capacidad de comprender, seguro que creceremos en nuestro desarrollo como seres humanos. ¿Dispuesto a abrir ti caja de pandora?

HAmor

Sí, has leído bien, no es una falta de ortografía. Este año quiero hablar de todas aquellas cosas sobre el amor de las que nadie habla y es por eso, que a esta corriente que podré en marcha, la quiero llamar HAmor. La H es una letra muda, pero está ahí, existe, aunque no la pronunciemos como todos los temas de los que quiero hablar. 7

En una conversación con Sergio y Óscar, les conté esta locura y durante el capítulo me hicieron alguna que otra pregunta que me hizo gracia responder. Resulta que todo el mundo sabe sobre el amor, sobre cómo es y como se explica o siente. Sinceramente creo que no tenemos ni puta idea y que cada relación, sea del tipo que sea, es única y está llena de matices.

A veces encontramos tesoros en islas que no están en ningún mapa, con relatos dignos de películas. Quizás esta parte del capítulo me hizo emocionarme mucho, porque sentir que amas a tres metros sobre el cielo es una sensación increíble, pero a la vez acojona y mucho.

Acabo mis letras compartiendo contigo la pregunta de Sergio sobre lo útil que es el desarrollo personal, o tener consciencia, para tener relaciones de amor. Me deberías de ver sonriendo de manera cómplice en aquel instante. Tirando por tierra todo lo que había hablado sobre el desarrollo personal. Cuando te enamoras, sea en el formato que sea, te vuelves vulnerable, te comportas de modos extraños y a veces te vuelves un desconocido incluso para ti mismo, véase la serie Lucifer, que perdía sus super poderes en presencia de su amada inspectora.

Querida tribu, si se enamoran, no importa lo fuerte y duros que sean en la vida, lo trabajado que estés, o lo racional que seas. Si estás enamorado disfruta sin preocuparte demasiado, porque cuando el viento sopla en contra, todo lo aprendido se vuelve frágil y cae… como un castillo de naipes.