Raquel Marín

Opinión

Come fibra para mejorar el ánimo

Neurocientífica

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La tasa de depresión va en aumento en el mundo. Tampoco la pandemia y los confinamientos ayudan a mejorar la estadística. Se calcula que hay unos 300 millones de personas que sufren depresión en distinto grado, de los cuales 40 millones son europeos. Añadido a este factor está el hecho de que 2/3 de los que sufren depresión no lo superan nunca por lo que viven con depresión crónica toda la vida.   

El estrés crónico es una de los factores que induce depresión y deteriora la actividad intelectual en general. Aunque las causas que desembocan en esta enfermedad son múltiples, las investigaciones neurocientíficas efectuadas sugieren que la dieta adecuada es un factor adicional para mejorar el ánimo y la motivación.

La clave: comer mucha fibra

Desde hace tiempo se sabe que la dieta poco saludable no solo es perjudicial para el corazón y el intestino sino que además puede empeorar el estado mental en general.

En un estudio de investigación se analizaron los resultados en 45.826 participantes que seguían dietas variadas consistentes en programas de adelgazamiento, dietas bajas en grasas u otras ricas en otro tipo de nutrientes. La conclusión general a la que llegaron es que comer más vegetales y alimentos con fibra (frutas, verduras, legumbres) es esencial para mejorar los síntomas de depresión. Curiosamente, con estas pautas alimentarias no se mejoraba la ansiedad. Otro aspecto sorprendente es que los efectos sobre el ánimo eran mayores en mujeres que en hombres, aunque todavía se desconocen las razones.

Los investigadores también destacan el hecho de que el efecto era todavía más beneficioso cuando la dieta rica en fibra se combina con el ejercicio físico al aire libre.

La dieta mediterránea reduce el riesgo de depresión

Una de las dietas estudiadas que aporta beneficios frente a la depresión es la dieta mediterránea. Consiste fundamentalmente en el consumo de una alta variedad de verduras, frutas, legumbres, granos y semillas, aceite de oliva, consumo moderado de pescado, carne magra (de ave sobre todo) y lácteos fermentados (yogur, queso). El consumo de carne roja es esporádico y se evitan los azúcares refinados y las grasas saturadas.

Esta dieta aporta ácidos grasos esenciales, antioxidantes, vitaminas, fibra, microminerales y carbohidratos de asimilación lenta que promueven el estado óptimo de la mente y el ánimo.  En mi libro “Pon en forma tu cerebro” de RocaEditorial tienes acceso a una gran cantidad de alimentos ricos en estos compuestos.

El estado del intestino influye en el estado de ánimo

Las bacterias del intestino también tienen mucho que decir en el estado anímico. Como comento en mi blog, el intestino está ocupado por millones de microorganismos de unos 1.000 tipos que deben guardar un cierto equilibrio estable para que la cabeza funcione bien. Cuando estos microorganismos presentan niveles alterados aumenta el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.

Aunque todavía queda mucho por estudiar, ya se están empezando a identificar algunas alteraciones de las bacterias del intestino que influirían en la depresión.

Uno de los trabajos de impacto se efectuó por investigadores de Centros de Investigación en Bélgica, a través de un estudio en el que participaron 1.054 personas. Los investigadores detectaron que al menos 2 tipos de bacterias del intestino (Coprococcus y Dialister) estaban ausentes en personas con depresión pero no en personas que no padecían esta enfermedad.

Además, los investigadores analizaron el “diálogo” que las bacterias tenían con el cerebro y podían influir en su actividad. Para ello, estudiaron qué tipos de bacterias producían compuestos neuroactivos que contribuyen a la actividad memorística, anímica y del aprendizaje. Por ejemplo, demostraron que la producción de sustancias por algunos tipos de bacterias mejoraba la calidad mental.

Aún con todo esto, la depresión es una combinación de muchos factores distintos, tanto genéticos como medioambientales y de estilo de vida que no pueden incluirse en el “mismo cajón” para todos los casos. La dieta es uno de los parámetros a tener en cuenta, pero no el único.

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