Desde hace mucho tiempo venimos observando la presencia de captadores callejeros de las distintas ONGs que transitan por las calles de Santa Cruz de Tenerife, con el objetivo de captar socios para las respectivas ONGs que actualmente trabajan o colaboran en distintos puntos del mundo, lo que motiva para muchas personas de la sociedad isleña un incesante agobio en el día a día. Es por ello, que estos jóvenes comerciales a sueldos o autónomos que trabajan a comisión, insisten en su cometido todos los días del año.Por otro lado, y en las grandes ciudades es habitual ver a chicos y chicas trabajando en la calle con carpetas y chalecos, pidiendo sólo un minuto de atención mientras prácticamente todo el mundo les responde que tiene prisa o se inventan cualquier otra excusa para no atenderles. Ni que decir tiene, que la mayoría de personas, cuando ven a un captador de ONG suelen acelerar el paso para evitar que les paren o incluso cogen el teléfono y hacen como que les entra una llamada y así evitar el contacto. Por tal motivo, la estación de año cualquiera de este siglo XXI no es motivo para que estos captadores a pie de calle siempre se encuentran en las principales vías de las ciudades intentando, con una sonrisa, que alguien se haga socio de una ONG.En lo que respecta al tema relacionado, y como describe Ana Requena Aguilar en el diario.es, estos captadores trabajan en la calle, con carpetas y chalecos. Piden solo un minuto de atención mientras la mayoría de personas los esquiva. Su fin, loable: conseguir socios para organizaciones no gubernamentales. Sus condiciones laborales, no tanto: trabajo por objetivos que, si no cumplen, servirán para justificar la extinción de su contrato sin indemnización.Alberto López y sus compañeros trabajan como captadores de Médicos Sin Fronteras y tienen un objetivo que cumplir al mes: hacer al menos 24 socios. Si no cumplen con ese umbral, la ONG puede despedirles sin indemnización, es decir, aduciendo un incumplimiento de contrato.CCOO y CNT han denunciado esta práctica, que consideran abusiva, y que, aseguran, la organización utiliza para desembarazarse sin coste alguno de muchos trabajadores. El caso está ahora en el Tribunal Supremo, que debe pronunciarse sobre la cláusula, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia la desestimara por un problema de forma y sin entrar en el fondo del asunto.La cláusula séptima de los contratos de captadores de socios de Médicos Sin Fronteras, que eldiario.es ha podido consultar, es la que establece los "objetivos semanales mínimos" para una jornada semanal de 20 horas: seis socios de media por semana y una cuota media por socio captado de 115 euros al año."Es un objetivo casi imposible", dice Alberto López, miembro de la sección sindical de CCOO en Médicos Sin Fronteras en Galicia, que relata que es frecuente que hasta el 80% de la plantilla en el territorio lo incumpla: "Algún mes, hasta el cien por cien lo incumple. Eso demuestra que no es un objetivo realista".López explica que la rotación de la plantilla es altísima: unas 30 ó 40 personas trabajan en los tres equipos de la ONG en Galicia pero en un año pueden pasar hasta 250 personas. "Todos los despidos se hacen así, otra gente no aguanta y se va", apunta este trabajador.El contrato de los captadores explicita que con una periodicidad mensual el trabajador recibirá una "comunicación de seguimiento de su prestación de servicios" en la que se le informará de sus resultados. ¿Qué pasa si no se cumplen con los objetivos? Que esa comunicación se convierte en una "amonestación". Si una persona acumula tres amonestaciones o seis en un periodo de doce meses, se enfrenta a una extinción del contrato por incumplimiento de objetivos.Eldiario.es ha accedido a una de esas comunicaciones mensuales. En ella, Médicos Sin Fronteras aporta datos sobre el desempeño del trabajador y le recuerda los objetivos de la cláusula séptima de su contrato. "Le hacemos entrega de la carta informativa para notificarle con claridad de los hechos detectados y darle la oportunidad de rectificar y mejorar sus resultados. Aprovechamos la ocasión para transmitirle que confiamos en que, en el futuro, usted podrá mejorar este aspecto y cumplir con las expectativas que MSF tiene depositadas en usted y en el resto de sus compañeros de proyecto", dice la nota.El director de captación de fondos de MSF, David Monllau, defiende los objetivos impuestos porque permiten "asegurar un buen uso de los fondos". "Tenemos que asegurarnos que la mayor parte de los fondos van al terreno. Esa cláusula nos permite asegurar que lo que invertimos en captación es menos de lo que obtenemos", dice Monllau. Asegura que esas condiciones son las que permiten que la ONG ofrezca uno de los sueldos más altos del sector, unos 930 euros brutos (después de una reciente subida salarial) por una jornada de veinte horas semanales.En cualquier caso, señala Monllau, la cláusula no se aplica inmediatamente sino con flexibilidad. "Con que un mes cumplas los objetivos, ya se pone el contador a cero. Se miran además otras circunstancias", puntualiza.La ONG dice que este año ha habido doce despidos por esta causa de una plantilla de 209 personas. El año pasado, 24 trabajadores de 190. El responsable de captación es consciente de que la rotación de personal es alta, por eso, dice, tratan de ofrecer buenas condiciones salariales para retener a los captadores lo más tiempo posible. "Estamos también en contacto permanente con los equipos, también en Galicia. Estamos abiertos a dialogar sobre la cláusula", admite.