Siempre fui muy consciente de lo que para mi representaba este Mundo de letras en el que me desenvuelvo desde hace años. En su momento fue la válvula de escape que me permitió seguir haciendo lo que me gustaba, cuando los impedimentos laborales o las obligaciones me liberaron, permitiéndome navegar en mares de papel con olor a tinta.
En ocasiones ese olor, el roce de la pluma entre mis dedos, o el sonido de las teclas de mi ordenador llenaron las horas de mi vida que se habían quedado sin razón de ser, dando un nuevo giro a mí día a día. Poco podía imaginar entonces que, en un futuro cercano, no solo valdría para llenar horas vacías sino que ese Mundo ayudaría a que mi mente no cogiera rumbos indeseados, inmersa en el silencio interior y exterior de mi casa.
Ahora, cada artículo que escribo, cada poema en que vuelco mis emociones, cada línea que avanza una novela a medio escribir, cada paso adelante en nuevos proyectos… llenan mi existencia por completo y me ayuda a seguir adelante con paso firme. Las letras de mi mundo se unen para construir palabras con identidad propia, y así surgen vocablos como Atlántico, Ex, Brandán, Angelina, Tyerta, Suburbalia, Alisios, Acte, Tradición, Tamasma. Senderos repletos de ideas, sueños, trabajo, ilusiones, realidades… VIDA.
Quizá ahora no tenga mucho que contarte, porque los eventos se han aplazado para cuando corran vientos más favorables, querido hipotético lector, pero no por ello tú y yo vamos a soltar este nudo que nos une a través de la red. Tú eres mi cable a tierra sople el viento que sople.
La semana que viene te hablaré de mi nuevo proyecto. Gracias por estar ahí.