Domingo Cejas es el consejero de Aguas en el Cabildo de Lanzarote, un área nada fácil de gestionar por las conocidas deficiencias que tiene el suministro que padece la isla de los volcanes desde hace tiempo. Durante los últimos días ha salido relucir un conflicto entre la corporación insular y Canal Gestión, la empresa encargada de ofrecer el servicio en los siete municipios. Ahora está sobre la mesa resolver el contrato —en otras palabras, anularlo— que se firmó hace 11 años y sobre el que, al parecer, nadie ejerció control para comprobar que todo estaba en orden. Por el momento, solo es una posibilidad entre varios escenarios porque primero hará falta un encuentro entre ambas partes y analizar el informe económico para conocer las verdaderas dimensiones de lo que ha sucedido.
Todo se remonta a un informe presentado durante una asamblea extraordinaria del Consorcio Insular de Aguas donde quedó reflejada una serie de incumplimientos por parte de Canal Gestión. La auditoría expone que la compañía no ha sido capaz de frenar las pérdidas de agua —lo que ocasiona daños económicos a la administración— y, además, no ha quedado muy claro a qué proyectos desviaban el dinero que debían ejecutar, pero no no lo hacían. Cejas, en una entrevista concedida a Atlántico Hoy, analiza la situación con autocrítica —como representante de la parte pública— incluida.
[Pregunta] ¿El servicio de agua en Lanzarote volverá algún día a la normalidad?
[Respuesta] Esa es nuestra responsabilidad, nuestra obligación y sobre todo nuestro objetivo. Es verdad que se trata de una infraestructura en la que muchas partes tienen más de 40 años de existencia. Como todos saben, Canarias, y en especial la isla de Lanzarote, han crecido tanto en población residente como turista, así como la parte del sector primario, pero la infraestructura es la misma. A esto le añadimos la carencia de que no ha habido ninguna planificación en la última década.
¿Qué ocurrió?
Una vez que el servicio fue adjudicado a Canal Gestión Lanzarote en el 2013 ya dieron por hecho que con ese contrato concesional durante 30 años se resolvía el problema del ciclo integral del agua. Y nada más lejos de la realidad. Canal Gestión dentro de su cesión tiene la obligación de gestionar el agua y de conservar las infraestructuras que en ese momento fueron cedidas y muchas de ellas han visto agotados sus años de vida. Aquí hemos perdido muchísimos años sin planificación para seguir manteniendo lo que es la infraestructura, como mínimo, en condiciones normales.
¿Qué supone para ustedes?
Estamos inmersos en el diagnóstico para conocer la actividad y por dónde tenemos que caminar. Tenemos muchísimos proyectos en marcha, pero es cierto que esto no se va a resolver de un día para otro. Mi obligación, mi responsabilidad y mi deseo es que en el futuro se mantengan las inversiones de tal manera que quien venga tenga claro que debe seguir invirtiendo. Este es un servicio esencial. Mi hoja de ruta la tengo clara y todas las áreas del Cabildo sabemos tenemos que aportar. Hay que seguir avanzando y empezar a ejecutar.
El pasado verano usted advirtió que la red de abastecimiento de Lanzarote había hecho tope y se necesitaba una actuación urgente. Pero la falta de agua en determinados periodos sigue ocurriendo. ¿Cómo de profundo es el problema?
El problema está en que tenemos documentado por informes las pérdidas [de agua] tan grandes que hay. No es de recibo que si producimos 80.000 metros cúbicos de agua al día, a los contadores no lleguen ni 40.000. Más del 50% de la producción se pierde. Es cuestión de buscar solución a esas pérdidas masivas que tenemos. Para producir un metro cúbico de agua hay un coste importantísimo de energía, aparte de todo lo que hay añadido como el personal o los productos usados. Producir un metro cúbico de agua está en 1,30 euros aproximadamente. Imagínese la cantidad de dinero que estamos perdiendo al tirar 40.000 metros cúbicos a la red.
¿Y qué se puede hacer?
Una solución inmediata es seguir atacando con mayor eficacia las pérdidas hasta que podamos renovar redes con mayor capacidad. Aquí hay un problema gravísimo, todos los días la gente pide nuevos contadores y no se le está negando a la población, pero sí al sector primario, no se le está dando contadores nuevos cuando una responsabilidad pública es intentar resolver las prestaciones que pide el sector primario Esto también se une a los años que llevamos sin que llueva, el cambio climático ha hecho un daño tremendo porque ya no tenemos prácticamente invierno.
Está claro que los agricultores y ganaderos lo están pasando mal.
El sector primario es uno de los grandes sufridores. También quiero recordar que la isla de Lanzarote, junto a Fuerteventura, es la única que tiene solo una red. En el resto, el agua agrícola tiene una red aparte, aquí no. La misma tubería es la que se usa para el consumo y para el sector primario. Antes del verano firmamos un ambicioso proyecto de 24 millones y medio para montar una planta de desalación para agua agrícola en el centro de la isla.
El presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, apuntó a la empresa Canal Gestión por no haber atajado desde 2013 el problema de las fugas que usted comentaba tras conocer un informe en asamblea extraordinaria del Consorcio del Agua. La pregunta que se podría hacer cualquier ciudadano de Lanzarote es por qué han tardado 11 años en darse cuenta de que esto estaba ocurriendo.
Como con todo contrato, ahí lo que tiene que haber por parte la administración es un responsable de contrato y asistencia de seguimiento de ese acuerdo para que la empresa haga lo que tiene planificado. La compañía presentó el plan de explotación y a su vez ese pliego técnico donde tenía que cumplir todos esos objetivos. ¿Qué ocurre? Que se hace ese contrato, pero no hay un seguimiento del responsable. Yo no voy a mirar ahora qué es lo que tenía que haberse hecho, pero sé que la obligación [del Cabildo] era poner los medios técnicos y jurídicos al frente para que hubiera un responsable. Aquí no ha habido ese seguimiento. Tres meses después de que entramos [al Gobierno tras las elecciones locales de 2023], el presidente toma la decisión de cesar el anterior responsable del contrato y gerente para nombrar a otra persona.
¿Y a partir de ahí qué ocurre?
Automáticamente se le encomienda hacer un informe exhaustivo de la situación de estos 10 años atrás, el grado de cumplimiento de Canal Gestión. La semana pasada, la responsable del contrato emitió su informe y culmina claramente con una serie de incumplimientos que permiten perfectamente plantear sanciones o resolver el acuerdo. En eso se está. El informe, además, culmina que faltaba la parte económica de los costes que supondría ir a esa posible situación de exigir el cumplimiento a la compañía.
¿Qué opción les convence más? ¿Sancionar o rescindir el contrato con Canal Gestión?
Sobre la mesa hay tres escenarios. Uno es el actual, tener este contrato; luego existe el escenario mixto para combinar lo público con lo privado; o se puede ir al escenario público. Pero queremos ver la respuesta [de la entidad]. Nosotros tenemos la próxima semana la mesa de seguimiento para ver este informe y también la reacción por parte de Canal Gestión. Si ellos están dispuestos a corregir las pérdidas, lo del tema de las inversiones y hay cumplimiento, se podría valorar [seguir con la compañía]. ¿Que no es así? Nosotros continuamos con nuestra hoja de ruta, la semana pasada se encargó el informe económico, que es el que nos falta para decidir el camino a seguir y a ver por dónde van ellos también.
Entonces ven posible llegar a un acuerdo con Canal Gestión.
Su obligación es seguir prestando el servicio, con lo que no estamos de acuerdo es en que lo haga con la calidad que lo está realizando a día de hoy. O ellos dan un giro de 180 grados o nosotros seguimos con nuestra hoja de ruta que es ver [la situación] y por eso queremos poner números económicos sobre la mesa para decir: "Mira, hasta aquí hemos llegado con ustedes, o resolvemos o buscamos una opción pactada". A ese punto todavía no hemos llegado, espero que a lo largo de los próximos meses se vaya abriendo más luz al camino que queremos tomar, pero todavía no hay uno definitivo.
La falta de personal y el dinero mal ejecutado también han estado en el punto de mira. La situación para ustedes debe ser, como mínimo, preocupante.
Preocupante es, evidentemente. Aquí existe, cronológicamente, una serie de incumplimientos gravísimos. Ellos tenían los primeros cinco años que reducir a un 30% las pérdidas [de agua] y en 11 años lo han bajado tres puntos. Luego están las inversiones que ellos dicen que han ejecutado, pero como nadie ha podido certificar que esas obras se han ejecutado, nos ha tocado empezar a coger lote por lote y empezar a valorar.
Nos estamos encontrando con que han desviado las inversiones correspondientes para la renovación de contadores digitales. En su plan de explotación ponían que tenían que invertir casi ocho millones de euros y han invertido dos. Los otros seis los desvían a otras infraestructuras según ellos, pero aquí no consta en ese seguimiento. Después, en renovación de redes ellos ponían que iban a invertir unos 24 millones de euros.
¿Cuál es la realidad?
Han usado, según ellos, 12. El resto lo desvían a otras inversiones que no están recogidas porque para salirse de la obligación que tenía en esos pliegos debía acudir a la Comisión de Seguimiento. Y que nosotros hayamos encontrado, no hay ninguna mesa de seguimiento desviando esas inversiones a otro lado. Ese es otro hándicap que tenemos ahora mismo. De esos dos lotes habían visto el primero y parte del segundo. Nosotros hemos hecho ya del 8 al 12 y nos falta ahora del 3 al 7, que es en lo que está la ingeniera trabajando para ver si en cuestión de un par de meses tiene también vistas esa inversiones para definir claramente lo que ellos tenían que ejecutar y lo que han dejado de ejecutar. Esas son las principales objeciones para ir a la posible resolución del contrato.
¿Se siente defraudado con la empresa?
Yo no sé si la palabra es defraudado o decepcionado. Porque sobre todo yo creo que aquí parte de responsabilidad la tiene la concesionaria, pero también creo que otra parte la tiene la parte pública por no haber hecho los deberes. Cuando uno hace un contrato de una concesión de este tipo de servicios públicos está perfectamente definida en la Ley la responsabilidad que tiene también la administración y no se ha visto. Este Cabildo tendría que haberse equipado con un equipo jurídico-técnico que fuera externo como una consultoría de seguimiento. Un equipo de apoyo para que controle y fiscalice día a día el contrato. Ahora el Consorcio Insular de Aguas cuenta con tres ingenieros, cuando antes no había ninguno, así como está incrementando la plantilla jurídica y de la Administración.
Cambiando de tema, la isla, a nivel de infraestructuras, ¿ha sabido estar a la altura en cuanto a la presión turística? Lo digo porque las averías suelen ser más frecuentes en los meses de verano cuando un territorio con 150.000 habitantes recibe a casi tres millones de visitantes. Viendo que incluso han actuado de oficio para sacar camas del mercado, quizás más de una vez hayan pensado aquello de: “Ojalá haber sabido parar a tiempo”.
Evidentemente. Lo lógico es que cuando uno planifica urbanísticamente el desarrollo de cualquier infraestructura, de un plan parcial, y se va a construir, la ley te dice que debes tener claras las infraestructuras que llevarían. Pero la realidad no es esa, tenemos carencias tanto en agua de abasto, pero también en saneamiento. Esa es otra también que es complicadísima. Hemos crecido muchísimo, y en la zona turística ni te cuento, pero la infraestructura no ha ido acorde. Estamos muy por debajo de lo que realmente deberíamos tener. Estamos también actuando para ver si podemos ir mejorando y contar con una infraestructura digna en función a la demanda.
Por hacer una radiografía general, el Cabildo de Lanzarote ha destinado tres millones de euros para renovar la red en Tinajo, 90 millones para el plan de emergencia, 62 millones para el regadío en la zona norte de la isla —de los que han recuperado 24 mediante convenio con la empresa—, 37 millones para mejorar las depuradoras de Arrecife y Tías, así como más de seis para el plan de regadío Tinajo-Teguise. Está claro que para lo importante no se debe escatimar, ¿tienen calculado cuánto dinero hace falta para paliar el problema?
La parte más engorrosa de todas esas inversiones es la administrativa, toda la burocracia de las autorizaciones. Nosotros tenemos ya nuestra hoja de ruta marcada y con esas actuaciones mejoraríamos muchísimo. ¿Pero con eso se resuelve? No. Hay que tener claro la con el ciclo integral del agua hace falta una planificación siempre. Todos los años tiene que haber una serie de proyecciones, de por vida. Aquí por mucho que nosotros queramos hacerlo de golpe, no tenemos ni capacidad ni recursos para hacer este tipo de infraestructura en un año, dos o tres. Nosotros ya tenemos nuestra estructura, nuestra planificación y ahora vamos a hacer el esfuerzo en estos próximos años de adelantar actuaciones que a lo mejor tenían que haberse planificado a más largo plazo.