Uno de mis mayores sueños es poder ir a Islandia, y creo, después de este viaje, que Lanzarote sin lugar a dudas es la pequeña Islandia de Canarias. Sus paisajes son sobrecogedores a la misma vez que dispares, sus texturas y colores son inigualables, pues en función de la época en que visites la isla, ésta se viste de verde, naranja, rojo, marrón, azul, amarillo… un sin fin de alternativas visuales para el viajero que desee inmortalizar en imágenes la grandiosidad de Lanzarote.
Una de las cosas que más me apasiona es la geografía, por eso creo que siempre estoy en búsqueda de nuevos rincones que me dejen sin habla, los volcanes para mí, lo son todo, representan mucho más que una simple “montaña”, es el inicio de la vida, te da la perspectiva para ver más allá de lo que pueden llegar a ver tus ojos. Los tonos rojizos, anaranjados o amarillentos me dan la vida porque son los colores que llevo dentro de mi.
Lo bonito de esta isla es que su orografía cambia de norte a sur, un juego visual para todos los amantes de la fotografía.
Uno de los lugares más impresionantes que vi en Lanzarote fue este lugar, no puedo ponerle nombre, no puedo localizarlo, no puedo describirlo porque la belleza intrínseca que desprende lo dice todo.- Tiguatón es conocido como la "Sima del diablo" por estar tan cerca del Parque Nacional de Timanfaya, los espeleólogos Cristina Peña Muiño y Diego Serantes Vergara lo describen a la perfección en su libro (aquí para leer más).
- La zona de Tiguatón nace a partir de dos procesos eruptivos que se dan en la isla entre 1730 y 1824.
- Tiguatón también se conoce como Volcán del Agua y lo acompaña el Volcán Tao o Clérigo Duarte.
- En la actualidad en Lanzarote se encuentra la Sima más profunda del archipiélago canario, y es sin lugar a dudas gracias al volcán Tinguatón.
- Su exploración fue el resultado de 10 años de diversas investigaciones por parte del G.M San Bernardo donde estudiaron las seis bocas que conforma el volcán.
- Debido a sus condiciones tan especiales no es común encontrarse con vida en el interior de sus seis bocas, pero casos como “pardela cenicienta” o arácnidos son especies que han sobrevivido en estas circunstancias.