La Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de La Laguna, que dirige María José Roca, ha iniciado el procedimiento para solicitar ante la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias que la Librea de Valle de Guerra sea declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
La Librea de Valle de Guerra, declarada Bien de Interés Cultural en 2007, pasaría así a formar parte de la lista lagunera de Fiestas de Interés Turístico de Canarias, de la que ya forman parte la Romería de San Benito Abad y la fiesta de Los Corazones de Tejina. Esta representación, que atrae cada mes de octubre a miles de personas y en la que participan centenares de vecinos y vecinas, cuenta también con el premio Patrimonio Inmaterial Cultural del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), concedido en 2013, y forma parte de la Plataforma de Patrimonio Inmaterial de España desde junio de 2021.
La Laguna inició un trámite anterior para este reconocimiento en 2013, que caducó por falta de continuidad en la aportación de documentación. Una vez se produzca el acuerdo favorable del Pleno municipal, órgano competente en este caso, se presentará formalmente la solicitud de declaración acompañada de los justificantes del cumplimiento de los requisitos enumerados en el Decreto 18/2008, de 11 de febrero, por el que se crea y regula la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Canarias, así como la memoria y el material promocional específico utilizado en los últimos 5 años.
40 aniversario del auto sacramental
Este 2022 se cumple el 40 aniversario del actual auto sacramental, que se recuperó en forma de obra teatral en 1982 tras algo más de una década sin representarse. Desde entonces, aunque su origen se remonta, al menos, a 1803 (fecha de la que se tiene la primera referencia histórica), esta importante expresión cultural, histórica y religiosa del pueblo de Valle de Guerra se ha representado de manera ininterrumpida, exceptuando el año 2020 por las restricciones sanitarias, que se grabó sin público y emitió en redes sociales.
La escenificación de la Librea de Valle de Guerra se representa el sábado más cercano al 7 de octubre y es una seña de identidad cultural fuertemente arraigada en la cultura popular. El origen de esta tradición está vinculado al homenaje a los soldados canarios, liderados por el capitán Francisco Díaz Pimienta, que participaron de la batalla de Lepanto (1571) y a la Virgen del Rosario, patrona del barrio y a la que se encomendaron para lograr la victoria frente a los turcos. Ha ido cambiando con el transcurso de los siglos, un conjunto de tradiciones vivas que se sigue nutriendo de las aportaciones culturales del pueblo de Valle de Guerra, heredero de un patrimonio que forma parte de su memoria y que se transmite de generación en generación.
Además, ha permitido investigar, recuperar, conservar y desarrollar el legado de las y los antepasados como forma de expresión cultural del pueblo y su representación implica a centenares de vecinos y vecinas para su desarrollo y mantenimiento, un evento acompañado de la música que ofrece la banda Nuestra Señora de Lourdes de Valle de Guerra, que compone piezas especiales para este acto.
Evolución
En los últimos años, la Librea de Valle de Guerra ha pasado a ser un reflejo de los cambios sociales que se están generando en la sociedad en la última década, incluyendo una mirada cada vez más transversal, igualitaria e inclusiva. Asimismo, ha ido incorporando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pasando a ser una celebración accesible a personas sordas, al contar con intérpretes de lengua de signos, e incorporando la participación de personas con discapacidad física e intelectual.
La representación de la Librea está dividida en cuatro actos. La introducción histórica relata los acontecimientos que se vivían en Europa a principios de 1570, con personajes como Miguel de Cervantes, Felipe II y su corte, así como la del sultán turco Selim II. El segundo acto muestra los prolegómenos del combate y los hechos acontecidos entre las armadas cristianas y turcas antes del enfrentamiento y que precipitaron la gran batalla. La representación llega a su fase principal con el enfrentamiento de las dos flotas, dirigidas por Juan de Austria y Alí Bajá, y finaliza con las loas de los soldados cristianos en agradecimiento a la Virgen del Rosario por su victoria sobre los turcos.