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La Laguna

La Laguna se prepara para un pacto PSOE-CC que nadie creía posible

Pocos municipios representan como el de la ciudad del Adelantado las luchas de poder entre los dos partidos que más han gobernado en Canarias desde la Transición

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Fernando Clavijo (arriba izq.), Javier Abreu y Santiago Pérez (centro izq.), José Alberto Díaz (abajo izq.), Luis Yeray Gutiérrez (arriba dch.) y Jonathan Domínguez (abajo dch.)./

De todas las corporaciones políticas del país, parece haber poca duda en que son los ayuntamientos los que concentran mayor número de cuitas internas, denuncias y reproches, fruto sin duda de compartir un espacio común relativamente pequeño en el que todos se conocen a todos.

Entre los municipios canarios más tendentes a la gresca, se puede afirmar que es San Cristóbal de La Laguna uno de los ejemplo más representativos en los últimos tiempos, bajo el amparo de dos siglas políticas, PSOE y Coalición Canaria.

Santiago Pérez

La figura de Santiago Pérez está en el germen de esta animadversión, que comienza tras las elecciones de 1999 al ayuntamiento. Volvía del Senado para arrebatar la alcaldía a CC tras la salida de Elfidio Alonso y cerca estuvo de lograrlo, quedándose a unos cientos de votos de la mayoría absoluta.

No la consiguió y CC y PP pactaron una coalición. Comenzó entonces una fiera oposición que cuyo eco llegó hasta Santa Cruz, pues fue el también abogado Pérez quien denunció el caso Las Teresitas, que llevó a la cárcel al exalcalde coalicionero Miguel Zerolo.

Desde su posición en el ayuntamiento de La Laguna impulsó, en dos periodos (hasta 2007 como socialista, tras 2011 como independiente), varias causas en contra de los dirigentes de CC y sucedió a partir de entonces que, aunque los denunciantes fueran otros, siempre se veía la mano de Santiago Pérez detrás de todo.

El político que más ha sufrido sus denuncias es el hoy presidente del Gobierno de Canarias y exalcalde de Aguere, Fernando Clavijo, quien hasta en tres ocasiones -Corredor, Grúas y Reparos- ha comparecido ante la Justicia por querellas instigadas por Pérez.

Otros actores

Cuando, por azares del destino, CC y PSOE tuvieron que unir sus destinos en 2015 por imposición del partido para facilitar un gobierno regional de Clavijo y Patricia Hernández, todo indicaba que aquello iba a saltar por los aires y, por supuesto, fue lo que sucedió.

La tensión entre el alcalde nacionalista, José Alberto Díaz, y el entonces líder de los socialistas laguneros, Javier Abreu (a su vez delfín de Santiago Pérez) fue una constante durante el año que compartieron gobierno, antes de que el último fuese cesado. Una destitución que sumió en una guerra fratricida al partido socialista con gestora incluida y que dio la posibilidad de que emergiese el nuevo liderazgo de Luis Yeray Gutiérrez.

La legislatura de Díaz fue convulsa, con la amenaza continua de una moción de censura que promovían desde fuera Pérez y Rubens Ascanio, y momentos surrealistas como la denuncia realizada por la concejal de Ciudadanos, Teresa Berástegui, quien dijo haber recibido amenazas que provenían directamente del entorno del alcalde.

La vuelta del PSOE

Con Luis Yeray volvió el PSOE al ayuntamiento lagunero y cambió el sentido de las denuncias. Por un lado están las denuncias del concejal no adscrito, quien denunció las obras del alcalde en su casa y luego el caso Laycas por adjudicación de contratos a dedo, causa que fue desestimada.

Gutiérrez siempre sostuvo que todo formaba parte de una operación política orquestada por Coalición Canaria, que se presentó en la causa en las personas de Jonathan Domínguez, nuevo líder de Coalición en el municipio, y Fran Hernández.

Con unas relaciones desgastadas no ayudó una nueva denuncia de Domínguez sobre una supuesta “caja B" que el Ayuntamiento de La Laguna habría creado con la taquilla del Teatro Leal. Todo ello llevó a la ruptura de relaciones personales entre el alcalde y el nacionalista que impedían cualquier tipo de acuerdo.

Un nuevo horizonte

Antes de las últimas municipales comenzó a trabajarse el terreno en La Laguna para explorar nuevas vías de entendimiento. Gutiérrez no estaría del todo cómodo con su alianza de izquierdas y los sondeos de los partidos apuntaban a una posible coalición a nivel regional PSOE-CC.

Tras las elecciones, lo segundo no se dio para desazón socialista, y las condiciones propuestas por las izquierdas de Rubens Ascanio y, sobre todo, de Alberto Rodríguez, más beligerante, no fueron opción para Luis Yeray, que se lanzó a gobernar en minoría a sabiendas de que la idea seguía sobre el tapete.

Con Santiago Pérez de vuelta al redil socialista, pero bien alejado en el Senado para no molestar, el único escollo para limpiar de polvo y paja el pacto era alejar a Jonathan Domínguez, condición indispensable del alcalde, a quien se nombró esta semana viceconsejero de Comunicación del Ejecutivo regional.

El revuelo provocado por la amnistía y el apoyo de CC a la investidura de Pedro Sánchez puede que haya dilatado los tiempos, pero por lo que se desliza por ambas partes, el apoyo de los nacionalistas al PSOE en el consistorio lagunero está hoy más cerca que nunca.