El edificio del Club Charco de la Arena, en Punta del Hidalgo (La Laguna), una piscina natural con restaurante asociado construido en dominio público marítimo-terrestre en los años sesenta, debería estar demolido desde 2021, pero ha ido sorteando esa suerte desde hace años.
El Club había apurado la concesión hasta 2018, fecha en la que expiró y el Ministerio de Transición Ecológica -competente entonces en materia de Costas- denegó renovársela. Aquel año, el ministerio recordó al Club que, según lo dispuesto en la legislación, "terminado el plazo de concesión se revertirán al dominio público estatal los terrenos, obras e instalaciones objeto de la concesión, estando obligado el concesionario, a sus expensas, a la demolición y retirada de dichas obras e instalaciones, parcial o totalmente, incluso con reposición del terreno a su estado en el plazo que se señale y sin derecho a indemnización alguna excepto que se declare que, dado que se mantiene el interés público de las obras instalaciones, procede su mantenimiento para continuar la explotación en la forma que se determine".
Desde 2021 sin ser demolido
La Sociedad Recreativa Piscina del Charco de la Arena presentó entonces un recurso ante la Audiencia Nacional, pero el 20 de mayo de 2021 desistió de ejecutar la solicitud de medida cautelar efectuada en el escrito interposición para que no se demoliesen las instalaciones, por lo que, según aseguró la Fiscalía en un escrito al que tuvo acceso Atlántico Hoy en 2023, no había hasta la fecha "ningún auto judicial suspensivo" que impidiese "llevar a término el cumplimiento de la resolución del 8 de marzo de 2018" que obligaba a demoler el club.
Sin embargo, tras años de inexplicable inacción por parte del Club para ejecutar la demolición a la que estaba obligado, parece que podría librarse de tener que hacerlo gracias a un plan que el Ayuntamiento de La Laguna ha ideado -aunque aún está en una fase muy temprana, tan sólo como propuesta- para el edificio como obra de interés público. El consistorio quiere aprovechar que la instalación vuelve a ser de dominio público para la "recuperación de un espacio natural para todos los ciudadanos, reestableciendo sus valores naturales".
La idea de La Laguna
Es una de las propuestas contenidas en el documento Modelo de desarrollo sostenible y plan de acción para el presente y futuro de las políticas territoriales del municipio de San Cristóbal de La Laguna que el consistorio ha desarrollado y que, a falta de ser votado en el pleno municipal, servirá de base para el nuevo Plan General de Ordenación. El consistorio pretende realizar un proyecto que contemple "la rehabilitación eficiente del edificio existente en el Charco La Arena en Punta del Hidalgo, para su destino a un Centro Multifuncional para usos vinculados a la salud y al uso sostenible del litoral".
La acción, señala el consistorio en su propuesta, "se enmarca en la estrategia del Modelo de Desarrollo Sostenible de la Laguna de potenciar la conciencia por el medio natural en el municipio, mediante actuaciones ejemplares en lugares singulares relacionados con la educación ambiental".
Costas tendría que autorizarlo
El ayuntamiento señala que se trata de un lugar que tiene "un alto valor medioambiental para los núcleos de población, pues se convierten en aulas didácticas a cielo abierto" y que "el edificio podrá ser reutilizado para establecer un centro de visitantes, para divulgar los valores naturales del litoral de la Punta del Hidalgo y del Parque Natural de Anaga, encontrándose en una ruta que conecta directamente estos dos importantes espacios naturales".
"También podrá servir como dotación de servicios para los usuarios del paseo de la costa", añade la administración local lagunera, que señala que "para el desarrollo de esta acción se deberá obtener la correspondiente autorización de la Dirección General de Costas".
Prioridad baja
El Ayuntamiento de La Laguna considera que esta propuesta tiene un riesgo jurídico y financiero bajo, aunque le otorga una prioridad baja al proyecto y adelanta que, de realizarse, sería en el medio plazo.
Para plasmar su propuesta, el consistorio realizaría reuniones con los vecinos de la zona y jornadas de reflexión colectiva, a fin de que el resultado de la reutilización del edificio fuese de participación colectiva.