“Por favor, si nos vas a acudir al camping de Punta del Hidalgo, cancela tu reserva, todos los años pasa lo mismo. Debemos de ser más respetuosos entre nosotros, así luego no nos quejaremos de que no tenemos donde quedarnos... Por favor, es responsabilidad de todos. Gracias”.
Así se ha expresado una autocaravanista en uno de los muchos foros del sector para quejarse de una situación que, como explica, se repite cada año en el camping Las Furnias. Es decir, clientes del camping que reservan con tiempo una plaza en las instalaciones para unos días determinados, pero que al final no acuden y esa plaza se queda sin uso porque se mantiene la reserva.
Dejar de ir sin consecuencias
“El único camping municipal que hay en Tenerife es el de la Punta del Hidalgo”, contextualiza Juan Martín, presidente de ACAT Tenerife, a Atlántico Hoy. “La gente no puede hacer eso, porque caemos luego en el cachondeo”.
En este sentido, señala que es cierto que “hay gente que hace la reserva va y resulta que, como no tiene que pagar fianza, reservan por si acaso va. Si va, ya tiene su plaza. Y si no, no pasa nada porque, total, no le cuesta nada”.
Plazas libres
Así, ejemplifica situaciones de socios de ACAT Tenerife o de cualquier otro colectivo que se choca contra esta realidad. “Es una pena llegar allí y que te digan que está completo y ver que hay cinco, seis o siete plazas libres. Pero es verdad que te enseñan el libro de reserva y está completo”, comparte con resignación.
Por ello, Martín afirma que al camping de Punta del Hidalgo “hay que darle un lavadito de cara como Dios manda” y manda un mensaje al Ayuntamiento de La Laguna, administración gestora: “A ver si ahora meten mano en esta legislatura y llegan cosas, como dijeron en su momento, que todo eran promesas”.
Una fianza
El presidente de ACAT Tenerife cree que hay una solución “simple” a este problema en Punta del Hidalgo. “Pagar una fianza. Si usted no va, usted paga. Ahora se reserva y pagas cuando llegas, pero si pagas cuando haces la reserva ya te obliga a ir o pierdes el dinero. Un poco lo que hacen los hoteles o las agencias de viajes”, señala, a la vez que aclara que “las estancias sí son de pago, pero no la reserva”.
En esta línea, propone como ejemplo que “si en las 24 horas anteriores [ocurre algo] de causa mayor, no vas y lo puedes justificar, que el ayuntamiento te devuelva el dinero”.
Estancias
No obstante, esta controversia en el sector del autocaravanismo en este punto de la costa lagunera no es cosa regular durante los 365 días del año, sino en las llamadas "temporadas altas" para el disfrute de este formato de viaje en auge.
Así, Martín señala que en épocas como el verano o la Semana Santa es cuando más ocurre esta especie de "guerra fría" entre los que quieren ir y los que tienen plaza, pero no van. La razón es tan sencilla como una mayor disposición de días seguidos para la estancia.
“Normalmente, las estancias son los fines de semana, salvo los meses de verano o Semana Santa, que a lo mejor se meten cuatro o cinco días o una semana. Hay quien viene dos semanas y los hay que se meten un mes entero”, explica Juan Martín.
Unas estancias -las más largas- con las que Juan Martín no está “muy de acuerdo”, pero las comprende. “Yo soy más de rotar porque, al fin y al cabo, es un camping municipal, es de todos. Pero yo soy autocaravanista, no campista. Entendería esta política de actuación”, indica antes de finalizar: “Lo que pasa ahora es que lo hace la gente por la cara. Se han acostumbrado a reservar y ya veremos si voy o no voy”.