Hace siete meses que salir por la zona de ocio de La Laguna un sábado por la noche puede convertirse en un deporte de riesgo. Desde septiembre, las peleas nocturnas en la plaza Víctor Zurita, conocida popularmente como "el Cuadrilátero", son una estampa demasiado habitual. Un incremento de las reyertas respecto a años anteriores que llevaron al consistorio a declarar la plaza "zona de riesgo" en octubre y a aumentar la presencia policial en la zona de manera permanente.
El panorama ha cambiado mucho respecto a 2020. En los últimos meses de aquel año, lo habitual era ver bares cerrados y plazas desiertas pasada la medianoche. En septiembre de 2021, coincidiendo con el final de los exámenes de la tercera convocatoria de la ULL, los botellones se dispararon.
Puñetazos, patadas y botellazos
"Parece carnaval. Nunca había visto el Cuadri así", comentaba entonces Víctor, un joven lagunero que acude habitualmente a esta zona de ocio. La plaza atestada y el desmadre fue la tónica general durante semanas en la zona de bares lagunera. La gente bebía en la calle, reía, cantaba, incluso trepaba por las palmeras... Pero también se peleaba.
Peleas multitudinarias y también palizas indiscriminadas a quien cayese al suelo, con puñetazos, patadas en la cabeza y botellazos. El ayuntamiento tuvo que intervenir, y a finales de septiembre se reunió con la Subdelegación del Gobierno para establecer un dispositivo conjunto para controlar el ocio nocturno en el municipio, principalmente los fines de semana.
Resultado de dos años de restricciones al ocio
El objetivo principal del operativo era evitar el botellón. Misión cumplida, porque dos semanas después no quedaba ni rastro de los botellones multitudinarios y las peleas. Este jolgorio generalizado que acababa traduciéndose en repuntes acentuados de violencia era consecuencia, según fuentes de la Policía Nacional consultadas por Atlántico Hoy, de los "dos años de pandemia con las restricciones".
En cualquier caso, los agentes señalan que "siempre han existido pequeñas reyertas, pero hoy se le da mas visibilidad por las redes sociales". Algo en lo que coincide Aitor Montero, agente de la Policía Local de La Laguna en declaraciones para Atlántico Hoy. "Con el tema de los dos años con restricciones, parece que se lo han tomado con ganas. Se ha reactivado la zona del cuadrilátero con gente muy joven. Es verdad que ha habido un repunte de violencia, pero también se le ha dado mucha visibilidad en redes", comenta Montero.
Se erradicó el botellón
En octubre, las medidas funcionaron para frenar la hemorragia unos meses. "Conseguimos erradicar el botellón en un 80 ó 90%", dice Montero, pero admite que, en los últimos meses, coincidiendo con el final de exámenes en la ULL, ha habido un rebrote de la violencia. "Ahora hay menos personas porque conseguimos eliminar el botellón, pero esta nueva crecida de violencia ha venido con más agresividad", señala el agente.
Esto se aprecia, según el policía, en la agresión que sufrieron varios uniformados el pasado lunes 28 de febrero cuando intervinieron en una pelea a la salida del local La Orchila, en las inmediaciones del Cuadrilátero. "Cuando los agentes trataron de detener la reyerta, los jóvenes se volvieron hacia ellos de forma muy agresiva. Siete compañeros resultaron heridos leves", indica Montero, aunque especifica que las agresiones a los cuerpos de seguridad son más bien anecdóticas. De hecho, aquella noche "estaba siendo tranquila".
La solución son mas agentes
Ni la Policía Nacional ni la Local tiene una respuesta sobre por qué, después de varios meses de aparente calma, las peleas han regresado a la zona de ocio lagunera. En lo que sí coinciden es en la solución. "Una prevencion activa con fines disuasorios, control de personas y vehículos, con personal uniformado", señala la Policía Nacional, que añade que una presencia policial regular y numerosa es suficiente para mantener el orden público".
Aitor Montero explica a Atlántico Hoy que el dispositivo desplegado desde finales de febrero parece estar dando resultados. Con 30 agentes de ambas fuerzas policiales, el objetivo es mantenerlo como algo permanente que se refuerce en fechas específicas, como finales de exámenes o el carnaval de junio.
Proteger el descanso de los vecinos
"Esta semana hemos levantado 17 actas por alteración del orden público, 27 por drogas y 7 por botellón. En septiembre, fácilmente podíamos levantar 20 sólo por botellón", indica el agente local para mostrar cómo la reducción de jóvenes bebiendo en la calle se ha traducido en una reducción de los altercados.
Los dispositivos se han reforzado con la presencia activa de unidades especializadas del Área de Seguridad Ciudadana; la Unidad de Intervención Policial y la Unidad de Prevención y Reacción. Los viernes y los sábados a partir de las 20:00, los 30 agentes comienzan a patrullar las inmediaciones del Cuadrilátero para evitar el acceso a la zona con botellas, materiales contundentes o sustancias estupefacientes.
Medidas que buscan no solo evitar las peleas, sino favorecer el descanso de los vecinos de la zona, que llevan meses denunciando que la situación es insostenible. "Una vez cerrados los bares, intentamos desalojar la plaza para evitar molestias a los vecinos. Eso calienta los ánimos y puede favorecer altercados, por eso hemos pedido ampliar el dispositivo a jueves y festivos", zanja Montero.